El 19 y 20 de abril de 1993 ocurrió la tercera erupción volcánica más violenta de las que se tienen registro en Chile. En aquella ocasión el volcán Láscar -ubicado a 70 km al sudeste de San Pedro de Atacama- entró en una explosión que inclusive arrastró cenizas hasta las costas de Brasil.
Este hecho fue el de mayor intensidad registrada en los últimos 9000 años y fue clasificada con un Índice de explosividad volcánica IV. La columna eruptiva generada alcanzó hasta 20 km de altura y producto de su colapso gravitatorio dio origen a flujos piroclásticos que cayeron en el área.
Estos flujos alcanzaron una extensión máxima de unos 8 km al Noreste al ser encauzada por la quebrada de Talabre y 4 km al Sudeste, donde hay depósitos con espesores por sobre los 3 metros.
Cuidados
Al respecto el Dr. (c) Alfredo Esquivel, geólogo del programa Ckelar Volcanes de la Universidad Católica del Norte (UCN), dijo que este evento ha podido ser simulado a través de programas digitales con lo cual pueden preverse consecuencias en caso de otra explosión.
“Las simulaciones de los peligros volcánicos son fundamentales ya que se conocen las consecuencias, alcances y el tiempo de un proceso eruptivo, para estar preparado ante un eventual escenario a futuro. Estas simulaciones se producen con modelos numéricos, es decir programas computacionales en donde uno ingresa valores como volumen erupcionados y se observa la generación de estos flujos piroclásticos”, explicó.
Asimismo, agregó que se debe considerar también dentro del grupo de riesgo a los turistas, dado a que de momento solo se trabaja en planes preventivos con las comunidades que viven alrededor del macizo.
“Se puede considerar como una lección de este evento eruptivo y también recomendaciones a futuro que, para los estudios de riesgo, prevención y mitigación no se considere solo a las comunidades instaladas viviendo alrededor del volcán, sino que también toda la población generada de forma específica y esporádica que representa el turismo en esta zona. Por ejemplo, grupos grandes de personas salen desde San Pedro de Atacama semanalmente a realizar ascenso al Láscar y justamente este comienza y desarrolla a solo metros de donde bajó el flujo piroclástico hace ya 28 años”, puntualizó.