90 son los volcanes geológicamente activos en Chile, de los cuales 35 han hecho erupción en tiempos históricos. Hoy, el Observatorio Volcanológico tiene en observación 45 volcanes propensos a tener una erupción, donde la incógnita es la densidad de la expulsión de magma.
El geofísico y director del Departamento de Obras Civiles y Geología de la Universidad Católica de Temuco, Cristian Farías, se refirió a los volcanes activos del país. “El Volcán Nevados de Chillán lleva 5 años haciendo erupción, el volcán de Copahue entra en erupción de vez en cuando, el Peteroa también. Siempre tenemos un volcán en estas condiciones, es lo típico y normal, el problema es la consistencia del magma, entendiendo que es roca fundida con gases y cristales dentro, no es un fluido que salga fácil”.
Una vez que asciende el magma hacia la superficie, se desencadenan diferentes aristas. “Puede que simplemente llegue el magma, o puede que encuentre menos presión de la que tiene el gas dentro de él, así que lo más probable es que el gas salga arrancando, ocasionando grandes columnas de cenizas, también puede generar contacto con el agua, provocando explosiones”, afirmó Farías.
DESASTRES NATURALES
Algunos volcanes del país tienen hielo a su alrededor, por lo que al momento de salir el magma caliente, derrite el hielo provocando que el agua baje por los canales del volcán a más de 50 kilómetros por hora con rocas de dos a tres metros de diámetro, provocando un aluvión.
“Hay posibilidades de arrancar si se provoca un aluvión, todo depende de la expulsión. Las cenizas son problemáticas, hemos tenido volcanes que han envenenado tanto el pasto, que los animales han muerto y en zonas rurales, donde la ganadería es parte de la economía local, esto afecta demasiado”, mencionó el geofísico.
PLANIFICACIÓN TERRITORIAL
Cristian mencionó que el problema más grande está en la planificación territorial, en cómo se está construyendo, donde se está construyendo y qué conciencia hay de que lo que se está construyendo puede ser afectado por erupciones en el futuro.
“Ahí estamos fallando muchísimo, porque nuestra forma de desarrollarnos está en tener ganancias rápidas en un lugar, somos un país que extrae recursos naturales y los vende, ese es el negocio, por lo tanto, si el volcán está en el camino al desarrollo turístico no le gusta entender que hay un volcán porque es malo para el desarrollo , pero se debería invertir en esas amenazas como oportunidades”, finalizó Farías.