Terminar con los “cuellos de botella” burocráticos, incluir a las comunidades desde el inicio de los proyectos y aumentar la seguridad ante la delincuencia, fueron algunos de los principales planteamientos expuestos durante la primera jornada del proceso de elaboración de una estrategia minera para la región de Antofagasta, con proyección 2023-2050.
El evento, que se extenderá hasta el viernes, cuenta con el respaldo y asesoría de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, el Gobierno Regional y la Universidad Católica del Norte (UCN). Se trata de una instancia inédita, pues convoca a la industria, las autoridades y la sociedad civil para intercambiar experiencias a fin de lograr objetivos sólidos en beneficio de todas las partes involucradas.
La programación partió con las palabras del gobernador regional, Ricardo Díaz, quien llamó a “restaurar las confianzas” con la minería, “pues vivimos tiempos complejos, con discursos de mucha rabia, pero hoy nos reunimos para dialogar, pues de nada nos sirven las historias de odio para construir una mejor región”.
Seguridad
El panel que abrió la jornada estuvo compuesto por los principales representantes de la industria cuprífera que operan en la zona, como Codelco, Antofagasta Minerals S.A. (AMSA), BHP, SQM, Albemarle, Sierra Gorda SCM, y agrupaciones como la Asociación de Industriales de Antofagasta (AIA), y las Corporación del Clúster Minero de la zona.
Fue en esta instancia donde la seguridad fue uno de los temas resaltados, debido a los robos armados que han afectado a la industria, ya sea en el transporte de material, como también con asaltos a camiones o faenas.
Al respecto, la fiscal general de Minera Sierra Gorda SCM, Rocío Amarillo Páez, dijo que “Antofagasta vive y vibra la minería. Eso claramente es una ventaja que tenemos que cuidar, cultivar y maximizar. Pero también me viene a la mente el tema de la seguridad personal y seguridad jurídica. Estamos preocupados por la situación de inseguridad, preocupados por nuestros trabajadores, de que se puedan movilizar sin quedar expuestos. Y con la seguridad jurídica, tener claridad en los procesos, los permisos, reducir los tiempos, pero también los requerimientos y, ojalá, algún tipo de homogeneidad”.
En la misma línea, el presidente de BHP|Escondida, James Whittaker, esgrimió que “Antofagasta debería ser precisamente ‘la perla’, tal como se le llama. Debe ser el lugar indicado para quienes se quedan a vivir en la ciudad, pero últimamente la situación ha cambiado mucho respecto a la seguridad, como por ejemplo al transitar por la calle. Puede que sea algo de lo que se ha hablado mucho, pero es un tema que se ha vuelto difícil de tratar. La gente tiene temor a salir de sus casas”.
Burocracia
Los llamados “cuellos de botella” en jerga minera también fueron abordados. Estos, se refieren a los procesos engorrosos, tanto a nivel de gestión externa como interna, que llevan a demorar proyectos y beneficios.
Al respecto, el vicepresidente de Servicios Corporativos de SQM, José Miguel Berguño, expuso que “estas oportunidades de diálogo ayudan a persuadir, pero también a dejarse persuadir. A veces somos tan buenos para competir que incluso competimos en la manera en la que llegamos a una comunidad. Debemos cambiar ese sentido y poder tender relaciones con las otras empresas. Ahora, es bueno poner sobre la mesa que hay una agilidad institucional público privada que a veces hace más engorroso el desarrollo de los proyectos, la materialización de los proyectos. Pero también eso nos pone en una posición quizás a la defensiva, quedándonos más en la crítica que en la colaboración”.
A su vez, el presidente ejecutivo de Codelco, André Sougarret, precisó que “a propósito de los obstáculos, creo que como empresas mineras tenemos un déficit en poder sentarnos a conversar, porque cada uno quiere resolver su propio problema. Cada uno tiene su desafío, algunos comunes otros no, pero nos está costando dialogar juntos. Y cuando estamos enfrentados a un problema, en realidad cada uno busca la forma de resolverlo y no asociarlo”.
Por lo anterior agregó que “desde mi experiencia en problemas complejos, la colaboración, el entendimiento y el diálogo solucionan los problemas, y no solamente colocando a disposición recursos, sino más bien escuchando”.
Trabajo colaborativo
En ese aspecto, la colaboración no se abordará solo entre empresas y comunidades, sino también en relación con las autoridades, a fin de que también estas últimas puedan garantizar el desarrollo minero bajo directrices comunes.
Sobre este punto, el presidente del directorio de Antofagasta Minerals S.A., Jean-Paul Luksic, enfatizó que “esta idea de hacer una planificación estratégica regional no solo será importante para la zona y para las personas, sino particularmente también para nosotros en las empresas. Muchas veces desde las empresas no sabemos cómo coordinarnos con el Estado o la sociedad. Será de tremenda ayuda para que el actuar de cada uno de nosotros sea más eficiente y logremos niveles de desarrollo para la región, que es lo que todos buscamos”.
Desde la década del 40 del siglo XIX, la Región de Antofagasta ha presentado diversas explotaciones mineras, industrializándose masivamente a inicios del siglo XX.
Sobre la relación entre las comunidades y la industria, Jean-Paul Luksic agregó que “dicha convivencia tiene luces y sombras, como casi todas las cosas que hace el ser humano; no todo es perfecto, no todo sale bien, no todo se entiende, y creo que aquí es donde este espacio de conversación puede servir mucho para que nos entendamos mejor, para que podamos cooperar con un norte claro. Lo que se ha hecho en esta zona en desarrollo es espectacular, creo que tiene mucho futuro y que puede haber aún más desarrollo”.
Finalmente, agregó que “la legitimidad social muchas veces uno no la consideraba. Hoy, la minería y todas las industrias del país están tremendamente al tanto de lo complejo que es. Las sociedades cada vez son más demandantes y nos ha costado a todos, porque créanme que hacemos un esfuerzo enorme. Yo sé que todas las compañías mineras hacen esfuerzos gigantescos por relacionarse, pero no es fácil. Ha sido una curva de aprendizaje tremendamente compleja. Por eso creo que esta instancia puede ayudar muchísimo”.
Oportunidad
Este plan de desarrollo estratégico minero era vislumbrado desde 2016, junto con el apoyo y la colaboración de la OCDE, por lo cual la concreción con estas primeras reuniones fueron destacadas por las asociaciones industriales.
En este sentido, el gerente general de la Asociación de Industriales de Antofagasta (AIA), Fernando Cortez, dijo que “en la región llevamos 30 años de desarrollo minero importante y hemos sido capaces de ir construyendo consensos sobre cuestiones fundamentales. Creo que los actores públicos, privados y sociales tenemos acuerdos respecto del tema de la diversificación productiva; tenemos acuerdos respecto de la cuestión ambiental, sobre el mejoramiento de la calidad de vida. Es una enorme ventaja que tenemos que aprovechar y, por lo mismo, veo en esta instancia un enorme aporte para fortalecer estos consensos y salir con una hoja de ruta muy precisa respecto de las prioridades”.
Asimismo, la gerente del Clúster Minero de la Región Antofagasta, Ruth Rodríguez, agregó sobre este plan que “esta es la ruta de poder estar todos conversando y teniendo opinión respecto a lo que es nuestra región. Somos capital minera y nos encontramos con las grandes empresas mundiales que están instaladas en la zona, y eso es una ventaja que pocos países tienen”.
Comunidades
En la instancia, el gerente general de Albemarle, Ignacio Mehech, advirtió algunos puntos sobre las dificultades que se presentan en la región al momento de que la empresa se relaciona con las comunidades, teniendo como un común denominador la poca confianza hacia las mineras. “Quisiera hablar de tres dificultades u oportunidades que tenemos en la región. Estas, se pueden resumir en falta de legitimidad, colaboración y liderazgos. Legitimidad, porque si bien en la región tenemos gran parte de los recursos mineros que necesitan el mundo y el país para desarrollarse, y como empresas tenemos los permisos legales para operar, siento que existe una falta de legitimidad que la comunidad y las comunidades no están necesariamente de acuerdo con la existencia o la continuidad de ciertas operaciones”, manifestó.
En la misma línea, añadió que “en cuanto a la colaboración, como empresa hacemos esfuerzos individuales Por ejemplo, en Albemarle tenemos un acuerdo con el Consejo de Pueblos Atacameños que viene desde 2016. Pero esa colaboración, esos esfuerzos, son individuales y necesitamos tener la colaboración entre todas las empresas para poder tener el mayor impacto positivo en la región. Y para eso se requiere liderazgo, y creo que por eso estamos aquí también hoy, porque el liderazgo no puede partir solamente del sector privado, tiene que venir desde el sector público. Las empresas no podemos reemplazar el rol que tiene el sector público, sino que podemos colaborar junto a él para mejorar las necesidades que tienen los habitantes de la región”.