De espíritu aventurero y cosmopolita, Catalina Prieto Tejeda incluyó a Antofagasta como destino para desarrollar su vida familiar, junto con asumir el desafío de proyectar uno de los lugares más icónicos y emblemáticos de la ciudad como directora ejecutiva de la Fundación Ruinas de Huanchaca.
Santiaguina, ingeniera comercial de la Pontificia Universidad Católica (UC) y con un magíster en Administración de Empresas sin Fines de Lucro por la Universidad de Harvard (Estados Unidos), su trayectoria profesional incluye siete años de labor en el Instituto de Economía de la UC, como subdirectora de posgrado de esa unidad y con anterioridad vivió durante cuatro años en la ciudad de Boston, Estados Unidos, donde trabajó en el Centro de Desarrollo Internacional de la prestigiosa Universidad de Harvard (2 años).
Casada con el economista Cristóbal Marshall y madre de tres hijas: Blanca (11), Jacinta (7) y Sofía (4); dice sentirse cómoda en Antofagasta, lugar donde ha logrado conectar y desarrollarse en distintos ámbitos, incluido el deporte. “Aprendí a jugar tenis en Antofagasta y ha sido todo un descubrimiento. Tengo un grupo de amigas y nos juntamos los sábados. Ha sido muy enriquecedor incorporar el deporte a la vida familiar”.
¿Hace cuánto tiempo vive en Antofagasta?
Llegué a vivir a la ciudad hace tres años, justo a fines de 2019 antes de la pandemia. Y a pesar de haber vivido en distintos lugares, esta ciudad es una de mis favoritas. El clima y la playa ayudan mucho.
¿Qué otros aspectos le llamaron la atención?
El contraste entre el desierto y el mar es impactante. Creo que es de una belleza única, y ver que la ciudad está dispuesta junto al océano, con una longitud de norte a sur tan extensa, la hace muy particular.
¿Cómo enfrentó el proceso de adaptación a la ciudad?
Fue fácil: me encantó la ciudad. No tiene tacos gigantes como Santiago y que sea más pequeña me agrada. Me gustó la cercanía de todo, el poder llegar al centro de la ciudad en 10 minutos. Además, Antofagasta cuenta con todos los servicios. Eso es muy valorable.
¿Y en el aspecto familiar?
En el fondo uno tiene más tiempo para vivir, y se genera un mejor equilibrio entre trabajo y familia, en especial para compartir con mis hijas. Ese es un regalo que nos hace la ciudad. El mar, la playa y la facilidad de moverse en la ciudad lo facilita.
¿Hay algo que extrañe de vivir en la capital?
Creo que ya tengo tiempo en Antofagasta y estoy acostumbrada. Quizás lo único que se extrañaría sería el tema del acceso a más especialistas en el tema de salud. Uno ve que la gente tiene que viajar a Santiago cuando tiene algo complicado. Eso es algo que la zona podría mejorar.
¿Cómo fue su primer contacto con las Ruinas de Huanchaca?
Vine con mis hijas justo antes de la pandemia y tuvimos la oportunidad de recorrer el museo. Es un lugar que me encantó. Lo encontré precioso y me llamó la atención la calidad de las colecciones que hay aquí. Es un recinto de nivel mundial.
¿Cuándo se gestó la oportunidad de asumir la dirección de la Fundación?
Surgió en enero. Es un desafío reciente en el cual tengo el honor y privilegio de participar. Estoy muy contenta, ya que la Fundación administra el monumento histórico más grande de Chile, y su misión es ponerlo en valor, junto con acercar el arte, el patrimonio y la cultura a la comunidad. Siento que todo lo que hice antes profesionalmente me preparó para asumir este desafío.
¿En qué momento se encuentra hoy el trabajo de la Fundación?
Lo primero es trabajar en la puesta en valor del monumento histórico y acercarlo a la comunidad. Tenemos una gran oferta y nuestras unidades anexas colaboran para que el arte y la cultura estén cada vez más cerca.
En este proceso el museo tiene un rol central.
Es un museo muy completo que cuenta con cinco salas, donde las salas 1 y 2 están en proceso de renovación. Tuvimos la oportunidad de postular a un fondo concursable, y en mayo próximo tendremos la inauguración de estos recintos. No quiero adelantar más para que sea una gran sorpresa para la comunidad. En las otras tres salas tenemos muestras relacionadas con la conexión entre el entorno y los habitantes de la región, la sala de la minería y una sobre astronomía. A estas debemos agregar el espacio dedicado a la vida en la industria del salitre, que es la que está en el acceso principal y recibe a quienes visitan el museo.
Es un recinto que también cuenta con espacios anexos.
Efectivamente, en el lado sur tenemos el auditorio donde se realizan charlas temáticas y está disponible para actividades privadas. También contamos con el Muro Sur para exposiciones temporales, la cafetería y el Rincón Minero. Fuera del museo tenemos el anfiteatro que es perfecto para muestras de arte, danza, teatro y música; mientras que en el acceso vehicular está emplazada la obra Out of Sync del artista Fernando Casasempere, que incluye un conjunto de flores realizadas con material reciclado que invita a recorrerla.
¿Cuáles son los desafíos que se vienen?
Los desafíos que tenemos como Fundación Ruinas de Huanchaca son convertir el parque cultural en un punto de encuentro para los antofagastinos y antofagastinas y para quienes nos visitan. Para esto, tenemos que retomar los vínculos que perdimos durante la pandemia, etapa que fue mala para todo el mundo, y que nos mantuvo cerrados. Ahora queremos revivir esos vínculos con las organizaciones artísticas, las empresas privadas y con el sector público. En eso estamos trabajando y contamos con el apoyo de la Universidad Católica del Norte (UCN), y de empresas como Enjoy y SQM, que son parte y socios del directorio de la Fundación, cuyo presidente es el rector de la UCN, Dr. Rodrigo Alda.
Dentro de la comunidad ¿existe algún sector específico al cual quieran llegar en forma especial?
Queremos acercar a los escolares de los establecimientos educacionales de la ciudad. Ojalá que todos los niños y niñas de Antofagasta nos visiten y nos vengan a ver. Pensamos que la Fundación y las Ruinas de Huanchaca en particular, son parte de la identidad regional. Y es por eso que queremos trabajar y fortalecer las redes con los establecimientos educacionales para lograr que todos los escolares y estudiantes puedan vivir la experiencia cultural que ofrecemos.
¿Cómo están abordando el tema de la conservación de las ruinas y su patrimonio?
Hemos trabajado de la mano con el Consejo de Monumentos Nacionales para resguardar y dar tranquilidad sobre el cumplimiento de todos los requerimientos para conservar el monumento y que todas las actividades que se realicen no intervengan o contribuyan con su deterioro. Estamos trabajando en forma responsable, asesorándonos con el Consejo y con el Servicio Nacional del Patrimonio en Antofagasta. Asimismo, vamos retomando los vínculos con la comunidad. El parque es muy grande, y solos es muy difícil generar los recursos, por lo cual estamos generando alianzas público-privadas con la ciudadanía.
Las personas que quieren visitar las Ruinas de Huanchaca y su museo, ¿cómo lo pueden hacer?
El acceso al área del parque, anfiteatro, la obra Out of Sync, Muro Sur y cafetería es completamente gratis para la comunidad. En tanto, el museo está abierto de martes a domingo, entre las 10:00 y las 18:30 horas, y la entrada tiene un costo de dos mil pesos para público general y de sólo mil pesos para estudiantes y adultos mayores. Quienes quieran contactarse o deseen conocer más de la Fundación, lo pueden hacer en la página www.ruinasdehuanchaca.cl y en Instagram: @ruinasdehuanchaca