Ubicado a a 186 km al norte de Antofagasta, el tranque Sloman en una enorme represa (hoy, abandonada) que durante la primera mitad del siglo XX fungió como la principal generadora de electricidad para las oficinas salitreras de la Región, principalmente aquellas ubicadas en el cantón del Toco.
El medio de historia regional DonCaliche.com, hizo eco de la historia de este viejo portento del pasado que hoy, pese a ser monumento histórico, año a año es destruido por la acción de vándalos que van desmantelando lo que queda de la estructura.
De acuerdo a lo señalado en el capítulo ‘Hidroeléctricas alemanas en el Cantón El Toco: Tranque Santa Fe y Tranque Sloman’, del libro Movimientos, tensiones y luces. Historias tocopillanas, del historiador Damir Galaz-Mandakovic, la proyección de un tranque en el cauce del río Loa “representaría una de las más osadas inclusiones tecnológicas en el desierto de El Toco durante el ciclo salitrero del sistema Shanks”. ¿El motivo? Creó un pequeño mar artificial que superaba en tamaño a la laguna artificial y a la potencia del Tranque Santa Fe.
Galaz-Mandakovic explica que “desde el mismo tranque se proyectó la instalación de una cañería que alcanzó los 35 kilómetros para suministrar agua a los campamentos e instalaciones extractivas”.
En 1905 comenzó la construcción del gran murallón para contener las aguas que harían funcionar las turbinas de la sala de máquinas y así generar el movimiento en los artefactos relacionados a la industria salitrera. Toda esta ardua empresa se extendió por seis años y se estima que 200 personas trabajaron en ella.
Según los datos levantados por la Sociedad de Minería a través del informe Estadística Minera de Chile en 1908 y 1909, publicado en 1910, indica que “La laguna o represa formada por el tranque tiene 4 ½ kilómetros de largo y una anchura que varía entre 10 y 90 metros; su capacidad es de 2 millones de metros cúbicos aproximadamente”.
“De este modo, comenzó a forjarse un gran lago artificial, refrescante ironía lacustre entre tanto desierto. Su impresionante murallón tendría el nombre de su gestor en grandes piedras talladas”, relata el libro.
El Tranque Sloman no se usó únicamente para generar electricidad para las oficinas salitreras y abastecer de agua a la población, sino que tuvo otro uso totalmente distinto: fue un exclusivo lugar de recreación.
Con base a lo señalado por el historiador, “el Tranque Sloman era cita obligada de las familias acomodadas para pasar una entretenida tarde y así navegar en sus tranquilas aguas y también para desarrollar pesca deportiva, ya que allí se criaba pejerrey y camarón”.
DESMANTELAMIENTO
La icónica represa del cantón El Toco cesó sus funciones en 1965 y en estas casi seis décadas ha estado abandonada, lo que se traduce en robos y desmantelamientos, “a lo que se suma su vinculación con los problemas de contaminación ambiental por las actividades mineras de la zona”, señala el sitio de Monumentos Nacionales.
“El Tranque Sloman fue declarado Monumento Histórico por Decreto Supremo el 15 de enero de 1980, incluyéndose compuertas, canales, el tubo de alimentación de las turbinas y las zonas de vegetación adyacentes al tranque. En 1991, su zona de protección fue ampliada a la Casa de Máquinas, no contemplada en la declaratoria anterior. En ella se encuentran tres turbinas Voith Heidenheim acopladas a generadores Siemens Schuckert de 35kwh”, de acuerdo a la información del Consejo de Monumentos Nacionales.