En el costado norte de la Universidad de Antofagasta en su campus Coloso, se encuentra la retreta que perteneció a la plaza de la exoficina Francisco Vergara, emplazamiento salitrero ubicado a 180 km al noreste de Antofagasta.
Esta estructura cónica corresponde a una especie de orfeón clásico de los tiempos salitreros en donde, cada domingo, una banda musical acompañada de un coro alegraba las jornadas de los pampinos que asistían con sus familias a la plaza central de su oficina.
La ex oficina Francisco de Vergara tuvo el suyo, y cuando esta salitrera paralizó sus operaciones en 1938, su plaza quedó intacta por décadas hasta que, en 1977, tras gestiones realizadas por la Universidad de Antofagasta, su retreta fue retirada y reinstalada en la capital regional.
Pero al 2024, la panorámica de esta tradicional estructura pampina es preocupante. Huinchas de seguridad advierten al visitante no acercarse a ella. Palomas anidando sobre la techumbre del orfeón, delgadas barras de acero oxidadas y concreto derruido evidencian el desgaste del patrimonio.
Sobre este hecho, el creador audiovisual de material pampino Cristian Venegas, cuenta que “el estado actual de la plaza de la exoficina salitrera José Francisco Vergara llega a ser preocupante, ya que su deterioro ha sido progresivo y las estructuras que yacen al interior en especial su kiosco corren el peligro de colapsar sino se hace pronto un trabajo de conservación y rescate patrimonial. En el mundo salitrero hay ejemplos que lamentablemente nos muestran lo frágil que es este tipo de estructuras que tienen casi un siglo de existencia y que han sucumbido ante los embates del clima y la falta de mantención oportuna como lo fue el teatro de Chacabuco y el muelle salitrero de Taltal”.
Por lo anterior, agrega que “uno espera que la institucionalidad funcione y que los agentes encargados de poder gestionar los proyectos y los recursos para su recuperación, puedan lograr que este monumento nacional pueda ser rescatado a tiempo por el bien de la inmensa comunidad pampina y de nuestra rica historia ligada al salitre”.
Cabe manifestar que se realizaron las consultas a la Universidad de Antofagasta para conocer si cuentan con algún proyecto para su preservación, no obstante alcierre de la edición, no hubo respuesta por ser un periodo de receso.
La exoficina José Francisco Vergara (nombrada así en honor a un político y militar chileno que tuvo activa participación en la Guerra del Pacífico) fue una de aquellas decenas de salitreras que proliferaron en el llamado “cantón del Toco” durante la bonanza del salitre a inicios del siglo XX, siendo su método de extracción de conocido como “shanks”.
Según la página del Consejo de Monumentos Nacionales “como todos los poblados que surgieron bajo la industria del salitre, esta oficina contaba con un epicentro cívico, social y recreativo: la plaza. Aquella tenía forma rectangular y destacaba por su quiosco central, cuatro glorietas de sombra en cada una de las esquinas, catorce bandejas florales y ocho bandejones de arbustos y árboles. Todas estas obras construidas en base a madera, se remontan al origen del pueblo entre los años 1918 y 1919”.
Tras la crisis que afectó a la industria producto de la creación del salitre sintético por parte de los alemanes en la I Guerra Mundial (1914-1918), Vergara entró en decadencia hasta paralizar completamente sus faenas en 1938. Pese a este hecho, sus viviendas fueron utilizadas por mineras que operaban en la zona para que la ocupasen sus trabajadores, hasta quedar completamente en desuso en 1976.
Debido a la importancia de este fantasmal poblado para el pasado industrial y productivo de la región, es que sus ruinas fueron declaradas Monumento Nacional en 1980. Hasta el día de hoy, viejos pampinos nacidos en Vergara y sus descendientes visitan el poblado y, hasta hace poco tiempo, su plaza en Antofagasta, a la cual ahora no pueden acercarse.