Septiembre mes de la chilenidad y de celebración, donde nadie se pierde una invitación a un rico asado y menos a un rico vaso de chicha o de pipeño.
Este año será diferente, las reuniones sociales no se podrán dar, estas se reducirán a un mínimo y muy familiar, pero no por eso faltará la chicha, esa que ya en el terminal agropecuario de Calama, están vendiendo.
Armando Martel Colombo, llegó desde San Felipe, como lo hace desde hace ya 30 años, ofreciendo la mejor chicha y pipeño del Valle del Aconcagua, una tradición que lo tiene más que contento, a pesar de la actualidad que vive el país.
“Contento, porque hemos andado bien, hemos trabajado tranquilo, el producto ha gustado mucho como todos los años, sea chicha, pipeño o vino añejo; entonces, de qué quejarse por ahora: de nada”.
La pandemia ha provocado muchos inconvenientes a la gran mayoría de trabajadores del país, esto preocupó a Armando en algún momento, en donde tuvo que decidir si venía o no a Calama. “Siempre me he preocupado por Calama, porque esta ciudad ha sido mi casa por dos meses, yo llego en agosto y me voy a fines de septiembre, entonces preocupado por las noticias, preocupado por la información que salía”.
Agrega que “nosotros recién decidimos venir cerca del 15 de junio porque había mucha gente que me estaba llamando, porque todavía tengo clientes de 30 años atrás, así que dije: si el bicho me va a pescar, va a ser en San Felipe, Calama, Arica, Rancagua, Santiago o donde sea, pero si me cuido y me protejo, en el lugar que esté, no tendría por qué tener problemas”.
Martel es un agradecido de Calama, la gente le tiene cariño por eso dice que “quejarme de algo, sería realmente de mal agradecido, tengo hartos amigos acá que me esperan y me buscan, así como también de locales establecidos, ahora, no vamos a tener ramadas, lamentable, pero la gente ha venido”.
Ya desde este pasado martes, Armando ya está instalado en el Terminal Agropecuario, donde podrá buscar la buena chicha o pipeño para disfrutar en familia, porque este año, será familiar, pero igual hay que brindar.