El 5 de septiembre de 1967, una detonación por error dentro de las faenas del yacimiento de Chuquicamata borró instantáneamente del mapa a 22 trabajadores, dejando además a algunos heridos y a decenas de familias desoladas.
La tragedia se desencadenó a las 8:57 horas de ese martes. Una cuadrilla de 25 obreros encargados de los tiros (perforaciones e instalación de dinamita y fulminante para la detonación) fue la afectada. Nadie sabe con exactitud qué ocurrió, pero lo cierto es que la explosión vino desde uno de los dos camiones que contenía los explosivos.
Para los 50 años de la aciaga fecha (septiembre del 2017) uno de los tres sobrevivientes de la cuadrilla, Pedro Reinoso, llegó hasta el Mercurio de Antofagasta con el ánimo de relatar su vivencia que, según dijo, aún por las noches le pena el sonido de la explosión.
Reinoso, a la sazón con 27 años, recordó que el día anterior los camiones habían sido cargados con amongelatina (dinamita) para las faenas del día siguiente. “Nos llamó la atención la concentración de gas que había dentro del polvorín (lugar donde se guardan los explosivos) lo cual atribuimos a la cantidad de tiempo que llevaba almacenado el material”, recordaba.
Al día siguiente volvió a la faena para elaborar los tiros. “Comenzamos a hacer los hoyos para después rellenarlos de explosivos. Esa maniobra por ese entonces las hacíamos con palas y lanzas de bronce. Eso porque el bronce no produce chispas.
La tragedia
“Cuando estaba en plena faena, Luis Sola Escutti nos encargó a mi y a mi compañero Benedicto Domínguez a que fuésemos a buscar más lanzas, las que se encontraban dentro de uno de los camiones ubicado en la entrada de la faena”, relató Reinoso al matutino.
Ambos hombres llegaron al camión, tomaron las lanzas, dieron media vuelta para retornar al área donde se preparaban los tiros y la amongelatina hizo combustión. “Una brutal onda expansiva nos despidió a no sé cuántos metros hacia atrás, seguido de un ensordecedor estampido y una intensa lluvia de piedras. Por acto de reflejo traté de cubrirme bajo una estructura aledaña. No se veía nada, todo era espso humo y confusión”, recuerda.
Reinoso, Domínguez y el portero Pedro González fueron a dar al Roy Glover con múltiples fracturas, traumas auditivos y también traumas emocionales (Reinoso no volvió a pisar una faena minera desde entonces). La catástrofe fue conocida en el poblado y la desolación fue total.
Las víctimas
En el 106 aniversario de Chuiquicamata, Calama en Línea dedica un recuerdo a los obreros caídos del polvorazo. Enzo Guerrero, Ramón Puelle, Héctor Pizarro, José Díaz, David Zepeda, Luis Tapia, Oscar Soza, Geroncio Oliva, Jorge Villalobos, Luis Alburquenque, Jorge Castro, Luis Galleguillos, Maximiliano Peredo, Pedro Vargas, Luis Sola, José Carvajal, Arturo Castro, Pedro García, Juan Rojas, Oscar Mendizábal, José Saavedra y Felipe Rojas.