El pasado 6 de noviembre, la fundación Apanal cumplió 26 años de existencia. Nacida en Chuquicamata, fue fundada por padres y madres de niños y niñas con TEA. Ellos, vieron la necesidad de que sus hijos e hijas fueran incluidos en algún lugar, en tiempos en que la inclusión social como concepto era inexistente.
Así comenzó su trabajo la fundación, atendiendo a poco más de 10 niños. A ellos, desde el principio se les aplicó el modelo Teacch. Este fue diseñado en los años 70, con la intención de mejorar el desarrollo social, comunicativo y conductual de niños y niñas que presentan trastorno del espectro autista.
La fundación Apanal, tal como en sus orígenes en el campamento minero, hoy continúa funcionando en dependencias de Codelco. Actualmente trabajan con una matrícula de 11 niños y niñas, a quienes se les realiza un trabajo personalizado.
En el contexto de la conmemoración de un nuevo año de vida, Recimat donó un sombradero a la fundación Apanal. Este, se instaló en el patio de la fundación, en una estructura existente previamente, brindando sombra permanente a los niños, niñas, funcionarios y funcionarias, para que puedan realizar ejercicios al aire libre.
La importancia de esta donación es trascendental para el tratamiento de los niños y niñas, según lo cuenta Sandra Güemes, directora de fundación Apanal. “Esta donación es espectacular. En nombre de los apoderados y de los niños también, ya que soy un poco la voz de ellos, agradezco infinitamente. No saben cómo nos ayuda y alivia la salida al patio, porque hay niños que les molesta mucho el sol porque tienen problemas de fotofobia. Al salir y ver que se iban a encontrar con ese tremendo sol, no querían salir y se generaba un problema. Ahora con este techito, ya es mucho más agradable para ellos y para nosotros también”.
Sobre el trabajo que realizan como fundación, Güemes destaca que nunca han discriminado a nadie por su condición social o económica. “Aquí en Apanal nunca se ha ido una persona por algo económico, nunca se ha ido alguien por conducta. Los niños con TEA tienen una conducta bien irruptora, entonces damos acogida y tratamos de apoyar a las familias. Esa ha sido la fórmula de mantenernos. Somos prácticamente una familia”.
Apuntando a los deseos que tienen como fundación en su vigésimosexto aniversario, Sandra Güemes pide que se acepte a los niños con TEA. “El día 3 de abril, es el día de la sensibilización del autismo. Ese día todo el mundo nos ve y nos saluda, pero después pasamos a ser invisibles. Queremos que la gente tome conciencia de que el autismo existe, y que está en todas partes. Que los niños y niñas viven todo el año, no solo un día”.
Marcela Toledo, encargada de vinculación comunitaria de Recimat, destacó la donación que realizaron a la fundación Apanal en su aniversario. “Estar presentes en este cumpleaños, es darle más realce a la labor que realizan ellos con los niños de nuestra comuna. Igual, darles la posibilidad de alguna herramienta, porque estaban complicados con el tema de la sombra en la institución. La empresa aportó con un monto y ahora los niños tienen un lugar donde estar al aire libre, disfrutar y poder hacer actividad física. Lo importante también, es señalar que lo que realiza la fundación Apanal, es una labor invisibilizada en la comuna. Es demasiado importante que se siga realizando”.
Finalmente, sobre la labor social que está realizando Recimat, Toledo apuntó a que ellos, como empresa, tienen el compromiso de vincularse con la comunidad, buscando impactos de largo plazo. “No nos vemos en el territorio viviendo como una empresa aislada, sino más bien buscamos trabajar con el fin de conseguir prosperidad y una buena calidad de vida para todos los vecinos de Calama. Mantenemos el foco de cuidar el medioambiente y de educar en materias de cuidado del medio ambiente. Además, buscamos exponer la economía circular y también dar a conocer a la comuna el modelo de Recimat, el que aporta al medio ambiente y cuida que las baterías de plomo y ácido no queden en cualquier parte”.