Al menos una decena de cementerios salitreros se hallan emplazados en medio del desierto y en la costa de la región de Antofagasta, los cuales vinieron a ser el sitio de reposo de obreros y sus familias que llegaron a laborar a la zona durante la bonanza del llamado “oro blanco” a fines del siglo XIX.
No obstante al quedar las salitreras despobladas a mediados del siglo XX dado al declive de la industria, estos camposantos quedaron al alero de profanadores quienes, no reparando en la dignidad del pampino que yace descansando en su sepulcro, abren las tumbas para buscar entre los despojos alguna alhaja de valor o simplemente, robar algunos huesos.
Esta destrucción fue evidenciada por el fotógrafo Alex Sánchez, estudiante de ingeniería de la Universidad Santo Tomás de Antofagasta quien realizó un periplo por los cementerios de las exsalitreras de Pampa Unión, Chacabuco, Francisco Puelma, el cementerio de los Apestados y el cementerio de la exfundición de Gatico.
Cabe manifestar que incluso esta inhumana práctica pone en peligro a los mismos profanadores, dado a que uno de los cementerios que aparecen en las imágenes es el llamado “cementerio de los apestados”, un camposanto alejado de toda exsalitrera debido a que en su lecho fueron sepultos aquellos que perecieron por la peste bubónica que azoló al norte del país durante los años 20 y 30.