La tarde de ayer se vio interrumpida por un nuevo sismo en la región. El evento ocurrió en un lugar en donde ya es habitual leer noticias similares de tanto en tanto. La magnitud fue de 6.3 y su foco se estimó a 213 km de profundidad (Centro Sismológico Nacional). En redes sociales el evento fue descrito como un movimiento raro, con un ruido suave y luego una sacudida fuerte, se movía como haciendo olas, etc. Esto tiene que ver con la profundidad del sismo y la distancia a la que se está del mismo.
En este caso, Calama se encuentra a aproximadamente 250 km del epicentro, por lo que las ondas generadas por el temblor deben recorrer alrededor de 330 km para llegar a la superficie de la ciudad.
En ese viaje, hay ondas sonoras -que generan el ruido que escuchamos cuando tiembla- y ondas sísmicas, las cuales van perdiendo energía debido a la distancia que deben recorrer.
Finalmente, a la superficie llega una débil onda P (que llega primero), seguido de un movimiento más notorio causado por la onda S (que llega segunda) y una sacudida más intensa y, en general circular o como olas, producto de las ondas superficiales. El sismo de ayer fue seguido de réplicas con magnitudes entre 4.5 y 3.0 las cuales son normales con respecto al sismo principal.
Como siempre el llamado es a informarse, saber reaccionar y mantener la calma. Vivimos en un país sísmico y estos eventos nos acompañan a todas partes.
Nota escrita por:
Sergio León Ríos (@topoleonrios)
Sismólogo y Dr. en Ciencias Naturales
Karlsruher Institut für Technologie, Alemania