Cristina Calderón, la última heredera de la lengua Yagán (de los primeros habitantes cazadores y pescadores de la zona austral) falleció ayer a los 93 años. Así fue comunicado por su hija Lidia González, hoy, vicepresidenta de la Convención Constitucional.
Calderón en vida fue declarada tesoro humano vivo, dado a que era la última depositaria de un pueblo que se vio liquidado junto con todos los primeros habitantes de la zona (kawésqar patagones selknam), aprendiendo el idioma de sus padres, auténticos Yaganes.
La mujer dedicó parte de su vida a transmitir el conocimiento de esta lengua. No obstante, ella fue la última persona que la aprendió de forma nativa. Dejó siete hijos y 14 nietos.