A las 01:11 AM del domingo 30 de julio de 1995, gran parte de la costa norte de la región se vio sacudida por un violento terremoto, siendo el epicentro localizado 20 kilómetros hacia al mar entre Antofagasta y Mejillones, con una magnitud de 8 grados.
Este fuerte sismo dejó especialmente afectada a la ciudad de Antofagasta, comuna en donde se registraron tres fallecidos, 58 heridos y más de 600 personas damnificadas. Entre la destrucción que dejó este movimiento, fue especialmente irónico lo ocurrido con la virgen de la basílica Corazón de María, cuya virgen en el pináculo del templo quedó ladeada, esta imágen tuvo que ser reemplazada un par de años después.
Sobre este hecho, Jonathan Díaz, antofagastino que vivió la jornada, recuerda que “esto ocurrió en la noche, y recuerdo que antes de irnos a dormir se cortó la luz y comenzó el terremoto. Fue muy fuerte, y salí de la pieza con mi mamá y nos pusimos en un pasillo que daba justo frente a la pieza de mi hermana, y ella embarazada. Y estábamos abrazados viendo cómo las cosas muebles y refrigerador se movían y saltaban. Una vez terminado, se corrió el rumor de que venía un tsunami ya que no habían sistemas de sirenas, por lo que vimos a muchas personas con frazadas corriendo hacia el cerro”.
En la zona urbana de Antofagasta los daños más importantes se registraron en el puerto de Antofagasta, donde el molo de abrigo quedó resquebrajado y en los edificios de gran vía, como Huanchaca o “el Curvo”.