Este domingo se celebró a nivel nacional el 98 aniversario del Cuerpo de Carabineros de Chile, institución que en casi un siglo de existencia a resguardado el orden del país. No obstante también se ha hallado en situaciones de resguardo limítrofes en donde sus funcionarios no han vacilado en dar la vida por la protección del territorio.
Este es el caso del teniente de carabineros Hernán Merino Correa, quien nació en Antofagasta y, a sus 29 años, fue abatido por gendarmes argentino en medio de la tensión limítrofe entre Chile y Argentina por el control de la Laguna del Desierto (región de Aysén).
Al respecto el investigador y periodista Isidro Morales Castillo, escribió que “Hernán del Carmen Merino nació en nuestra ciudad el 17 de julio de 1936; hijo del mayor de Carabineros, Carlos Merino Charpentier y de Ana Correa de la Fuente. La primera parte de su infancia la vivió en la vivienda ubicada en Riquelme 430, que hoy presenta en su frontis una placa instalada por Carabineros en 2002 y que expresa: “Héroe nacional Hernán Merino Correa. Nació y vivió en esta casa 1936-1943”.
El traslado de su padre significó que la familia, integrada también por otros tres hermanos, se radicara en Limache, donde cursó la enseñanza primaria y secundaria. El año 1955 comenzó a estudiar la carrera Técnico mecánico industrial en la Universidad Técnica del Estado, pero la abandonó al año siguiente para incorporarse a la Escuela de Carabineros, de donde egresó como subteniente el 16 de diciembre de 1957. La superioridad de la institución fijó su primera destinación en la 13ª. Comisaría de Ñuñoa; en abril de 1961 pasó a la dotación de la Comisaría de Renca y posteriormente a la 19° Comisaría móvil, para el año siguiente ser trasladado a la Comisaría de Coyhaique y luego a la Tercera Comisaría “Chile Chico”, en la ribera sur del lago General Carrera.
El 9 de febrero de 1965 asumió la jefatura en la Tenencia Cochrane, en la zona de Laguna del Desierto, que estaba en litigio con Argentina, aunque Chile ejercía soberanía efectiva. El 8 de octubre los hermanos Domingo y Héctor Sepúlveda Cárdenas denunciaron en el retén Lago O’Higgins la intención de la Gendarmería trasandina de instalar una avanzada en el predio de su propiedad. Luego de informar a su jefatura, Merino recibió orden de constituirse en el lugar al que acudió con el sargento Miguel Manríquez y dos carabineros.
El 16 de octubre se unió a ellos el mayor Miguel Torres Fernández, quien asumió el mando del pequeño grupo.
La patrulla chilena se desplazó hacia el sur instalando su cuartel en una mediagua de la estancia “La Florida”, mientras los presidentes de Chile y Argentina, Eduardo Frei Montalva y Arturo Illia Francesconi, se reunían para bajar la tensión limítrofe existente desde hacía algún tiempo y para facilitar el trabajo de la Comisión Mixta de Límites.
El 6 de noviembre, sin mediar provocación, un contingente aproximado de 90 gendarmes argentinos rodeó el improvisado cuartel de los carabineros. El mayor Torres solicitó hablar con el jefe del destacamento trasandino, mientras el teniente Merino y el sargento Manríquez corrían hacia el lugar donde habían dejado sus armas con las que se dirigieron al sitio donde el oficial superior chileno estaba desarmado.
Los argentinos dispararon varias veces hiriendo de muerte al joven antofagastino y dejando grave a Manríquez, quien posteriormente fue hecho prisionero junto a Torres y los dos carabineros y llevados a Río Gallegos. Dos días después una delegación chilena repatrió los restos de Hernán Merino y a los demás sobrevivientes, excepto al sargento que permaneció en Argentina algunos días más debido a sus heridas.
Merino fue sepultado el miércoles 10 de noviembre, en calidad de héroe, en medio del clamor popular que exigía al gobierno actuar con firmeza ante los sucesos de Laguna del Desierto.