“Hoy se ha escuchado por primera vez en este suelo el silbato de una locomotora. A las 11 menos cuarto partió para el salar del Carmen un ferrocarril compuesto de la máquina y tres carros de carga. El señor (Jorge) Hicks montaba el convoy, en unión de otras personas. Por la tarde el tren regresará al puerto” (sic).
Así informaba el extinto medio El Caracolino, en su edición del 30 de noviembre de 1873, la puesta en marcha del primer ferrocarril que comenzó a operar en la región de Antofagasta. Como este medio se imprimía dos veces a la semana, el texto daba cuenta que este hito sucedió el día 25 de ese mes.
Este y otros episodios relacionados a aperturas de industrias o botaduras de naves al mar fueron registrados por el primer medio periodístico de la zona, fundado en 1872 en Antofagasta por un militar ecuatoriano que se encontraba exiliado en Chile.
PRIMERAS PUBLICACIONES
No obstante, incluso antes del surgimiento de la ciudad de Antofagasta ya circulaban medios informativos por los puertos del litoral. Si bien su información no era de contenido periodístico, sí lo era informativo.
De esto da cuenta el libro “La Prensa en la Historia de la Región de Antofagasta”, del periodista y exacadémico de la Universidad Católica del Norte (UCN), Isidro Morales Castillo.
“Los historiadores anotan a 1829 como el año en que el periódico europeo ‘El Correo de Ultramar’ comenzó a circular por la entonces costa boliviana, las minas, poblados, precordilleranos e incluso más allá de los Andes, Sucre, Potosí, Oruro y Salta (…) Este periódico llegaba en los vapores de la carrera y cada quince días era despachado hacia el interior”, destaca la publicación.
La información de El Correo de Ultramar se limitaba a itinerarios navieros en los puertos de la costa de Chile y de -en ese entonces- Bolivia, teniendo esta última como único puerto habilitado a Cobija. “Como el gobierno boliviano necesitaba transmitir los decretos oficiales, editó boletines que también informaban sobre el movimiento naviero y mercantil de Cobija. En esa época fue editado el primer periódico ‘El Eco de Cobija’, del abogado chileno-boliviano Abdón Senén Ondarza. También circuló ‘La Reseña’, sin que haya muchos antecedentes de su formato y orientación periodística”, narra Isidro Morales en su libro.
EL CARACOLINO
En algún punto de octubre de 1866 el cateador Juan López se convierte en el primer habitante de Antofagasta al armar su rudimentaria vivienda en la entonces desértica playa nortina. Dos años después el gobierno de Bolivia funda oficialmente la ciudad y cuatro años más tarde el militar ecuatoriano Escipión Cornelio Vernaza inaugura el primer medio de prensa del cual se tienen registros, El Caracolino.
Las notas del tabloide dan visos de cómo se vivía en los albores de la ciudad, girando casi muchos de sus sucesos noticiosos en la actividad industrial.
Por ejemplo, en noviembre de 1873 publicaba la botadura al mar de una embarcación construida íntegramente en Antofagasta por los ingenieros Diego Adamson y Josías Harding. “El 15 del presente fue botado al agua, y bautizado, el vapor construido en este puerto (…) La ceremonia del bautizo y del descenso del vapor hasta el mar, fueron de lo más concurrido. Asistieron muchas señoritas y señoras y gran número de caballeros. Se le puso el nombre (al barco) Bolívar. Se felicitó a los ingenieros y directores de obra, por la elegancia, solidez y hermosa forma de la embarcación. El vaporcito completamente empavesado con banderas chilenas, inglesas y bolivianas dio una vuelta por la bahía, probando su velocidad. Su casco de fierro tiene dos hélices”.
En este medio también escribieron dos personajes históricos: Matías Rojas, ingeniero y empresario chileno, quien fuera el primer alcalde de Antofagasta en 1872; y Ladislao Cabrera, abogado boliviano que se tornó héroe en su país tras participar en la defensa de Calama durante la Guerra del Pacífico.
“El 27 de agosto de 1875 Vernaza vendió sus derechos. El militar ecuatoriano regresó a su país al levantarse la prohibición que se lo impedía”, cuenta Morales.
Antes que su dueño original dejase Antofagasta, escribió una editorial en donde dejó constancia que el medio debía ser una herramienta de desarrollo para la ciudad. “Tres años ha que importamos a estas playas la primera tipografía que en ellas ha funcionado, tres años que circula este periódico, tres años que militamos entre los obreros de este litoral (…) Ha terminado nuestra misión en Antofagasta, mas no los votos que hacemos por su progreso. La hemos visto nacer, crecer, y nada será tan agradable como las nuevas que nos lleguen de su engrandecimiento y cultura. Escipión Vernaza”.
El Caracolino dejó de imprimirse definitivamente en febrero de 1879, debido a la anexión del territorio.
En el intertanto se publica en 1875 el periódico “El Noticioso” dirigido por el chileno Abraham Zamora. Ese mismo año sale un semanario de carácter político llamado “La Actualidad”, que el 20 de febrero criticó severamente la subversión en el puerto de Cobija, sofocada por la llegada del entonces ministro de guerra de Bolivia, general Hilarión Daza.
También en 1875 sale “El Litoral”, editado por el abogado de la Compañía de Salitres y Ferrocarriles de Antofagasta, Manuel Othón Jofré.
CONFLICTO
Con la anexión del territorio el 14 de febrero de 1879 y el inicio de la Guerra del Pacífico, proliferan nuevos medios con tintes nacionalistas a fin de reclamar lo que sería el nuevo territorio chileno.
En marzo de 1879 sale publicado “El catorce de febrero”, cuyo dueño fue Quiterio Carrera. Sus redactores fueron Ramón Arancibia y Matías Rojas y su imprenta se ubicaba en la entonces calle Santa Cruz (hoy Condell).
En su editorial del 7 de marzo de 1879, titulado “Nos provocan”, consta que “Chile ha procurado engrandecerse y engrandecer a sus hermanos desprendiéndose en muchos casos de derechos claros y definidos en homenajes a la paz”.
No obstante, la editorial continúa justificando el motivo del porqué de la ocupación militar del territorio. El medio entrega noticias sobre los acontecimientos bélicos en el frente de batalla y sobre la creación de ambulancias para los combatientes. Abogó por la ocupación de Cobija, Tocopilla y Chiu Chiu. También informó sobre el combate naval de Antofagasta recién el 23 de septiembre de 1879 (el combate fue el 28 de agosto).
El 26 de abril de ese año se publica “El pueblo chileno” de Antonio Urízar Garfías, que operó en calle San Martín. Fue un diario político, literario y comercial. Su publicación era diaria, a excepción de los lunes.
Sobre estos inicios, la directora de la Escuela de Periodismo de la Universidad Católica del Norte, María Constanza Castro, agrega que “el ejercicio del periodismo en la región de Antofagasta ha jugado un rol muy importante, incluso antes de que este territorio se declarase chileno. En la vocación fundacional y construcción identitaria de sus habitantes encontramos la crónica y la prensa obrera como pilares fundamentales de la memoria y la construcción de imaginarios locales”.
Agregó que “la tradición del periodismo antofagastino es amplia y relevante también en la formación profesional, pues nuestra Escuela de Periodismo es una de las más antiguas del país, lleva más de cincuenta años al servicio de la comunidad en el ámbito de las comunicaciones y ha ido a la par con los cambios sociales de nuestro país y el mundo”.