Al interior de la región de Antofagasta, específicamente en el límite de la frontera con Bolivia en pleno desierto de Atacama se encuentra el megavolcán de La Capana, cuya existencia se remonta al Mioceno (hace más de 4 millones de años).
Según una publicación de Ckelar Volcanes, este macizo nació en pleno Desierto de Atacama hace cuatro millones de años, producto de una de las erupciones más grandes del mundo, que liberó 2800 kilómetros cúbicos de material volcánico, alcanzando un Índice de Explosividad Volcánica 8 (VEI), que formó esta caldera volcánica que es dos veces el tamaño de Antofagasta, con dimensiones de 60 x 35 kilómetros.
Conocidas popularmente como “supervolcanes”, por sus grandes dimensiones, son un tipo de volcán que se forman producto de una mega erupción, (entre 1 y más de 5 mil kilómetros cúbicos de material volcánico). En otras palabras, explica Idir Bascuñán, investigador magíster del Instituto Milenio Ckelar Volcanes, “es una depresión volcánica, que se produce cuando hay una erupción muy grande y una vez asciende el magma, queda un espacio vacío en la cámara magmática y el ‘techo’ de la cámara colapsa”.
Por lo tanto, especifica el geocientista, una caldera es la consecuencia de una erupción volcánica. Idir Bascuñan está estudiando para su tesis de magíster en la Universidad Católica del Norte, las condiciones geológicas en que se formó esta caldera, es decir, “cómo influyeron las fallas geológicas del sitio en la formación de La Pacana y cuáles son los esfuerzos tectónicos o la fuerza que influyeron en la deformación del sitio, antes, durante y después de su formación”, explica.
“Los monjes de La Pacana”
Una de las tantas curiosidades del lugar donde está emplazado este volcán, es la formación de “Los Monjes de La Pacana”. Se trata de material volcánico, específicamente ignimbrita, proveniente de las erupciones de la caldera y que producto de la erosión y del contexto climático, dieron forma a unas figuras que, a la sombra parecen monjes, lo que ha atraído la curiosidad de turistas y visitantes.
La importancia de estudiar este sitio, complementa el geólogo UCN, es que puede ayudar a dimensionar los factores que pueden influir en la formación de calderas volcánicas en otros lugares de Chile, por ejemplo, el Complejo Volcánico Laguna del Maule, ubicado en la Región del Maule y que cubre alrededor de 500 kilómetros cuadrados. Este complejo volcánico a diferencia de volcanes como el Osorno, Villarrica, Calbuco, u otros, se compone de 24 centros eruptivos y ha despertado el interés científico debido a entre otras cosas, la deformación del sitio, que durante los últimos años ha tenido un alzamiento de alrededor de 20 y 30 centímetros.
“Si bien La Pacana es un volcán extinto, la investigación es una oportunidad de conocer cómo funcionan estos supervolcanes de los Andes para descubrir nuevos sitios volcánicos que sean potencialmente peligrosos. También ha levantado nuevas incógnitas sobre la influencia de las fallas geológicas del sitio, las que son muy antiguas y que podrían tener gran influencia en la formación del volcanismo de los Andes Centrales”, concluye Idir Bascuñan.