San Pedro de Atacama y Toconao fueron las sedes donde se realizaron los talleres de cooperativismo rural orientados a entregar competencias y apoyos legales en acción comercial desde el punto de vista de la asociatividad, generando mayores competencias entre los productores rurales del Salar de Atacama.
Una iniciativa impulsada por SQM en conjunto con la Confederación Nacional de Federaciones de Cooperativas y Asociaciones Silvoagropecuarias de Chile (CAMPOCOOP). Andrés Castillo, vicepresidente de esta entidad y uno de los expositores del conversatorio señaló: “No veo otra alternativa que nosotros, los pequeños agricultores, podamos formarnos y lograr trabajar en conjunto. Nosotros por la poca producción que tenemos, en conjunto podemos llegar a algún mercado, solos no podemos avanzar”.
En la actividad participaron diversos cooperativistas de zona quienes dieron su parecer en torno a esta iniciativa. Para Luisa Liendro, integrante de la Cooperativa Campesina Lickanantay, “los expositores me parecieron al igual que la presentación muy buenos, porque aclararon dudas que uno a veces tiene y no vuelve a consultar a otras personas. Fue muy buena la conversación y lo que logramos es saber que tenemos buenas proyecciones como cooperativa para salir adelante”.
Por su parte, Ariel González, perteneciente a la Cooperativa Campesina Lickanantay, expresó que ésta instancia fue “muy interesante e instructiva para tener mayor conocimiento y mejorar lo que tenemos”.
En tanto, Edmundo Meza, Ingeniero Agrónomo del programa agrícola Atacama Tierra Fértil de SQM, valoró la participación y buena recepción de las y los productores locales. “Quisimos difundir el cooperativismo, mostrar en qué consiste y su funcionamiento para ayudar a aclarar dudas e identificar oportunidades de mejora que les permita fortalecer sus proyectos. El sistema cooperativo se adecua muy bien a las comunidades, pequeños productores o agricultura familiar campesina”.
Una iniciativa que se enmarca en Plan de Sostenibilidad de la compañía orientado al desarrollo sostenible de las comunidades aledañas a sus operaciones, generando espacios de conocimiento e interacción que fortalezcan la asociatividad entre las y los productores del territorio, y que vean el cooperativismo como oportunidad de desarrollo.