En el día de Todos los Santos, hacemos un recuento de las cuatro animitas más reconocidas de la región (y en algunos casos, del país) las cuales, marcando un sitio de tragedia, son hasta hoy reconocidas y visitadas tanto por el impacto que causaron en el momento de la muerte, como también por su capacidad de conceder milagros a sus creyentes.
Botitas Negras
Iniciamos con la historia de Botitas Negra. La animita de esta mujer se encuentra en el Cementerio Municipal de Calama y recuerda la memoria de Irene Iturra, una mujer cuyo cuerpo en estado de descomposición fue hallado semisepulto en las cercanías de Chuquicamata, hacia la salida de Tocopilla el 8 de septiembre de 1969.
El cadáver, horrorosamente cercenado, llevaba un vestido de flores y calzaba botas negras. De ahí que la prensa se refiriera a este como “La mujer de las botas negras”, quedando así marcado el nombre por el cual después los calameños le recordarían. En la investigación realizada en la época, se identificó a la víctima como Irene, mujer de origen sencillo, oriunda de Concepción que a la sazón tendría 27 años. Ejercitó la prostitución en un burdel en Calama, y (si bien no se precisó la circunstancias) murió tras ser secuestrada y torturada, para posteriormente ser enterrada en el desierto.
Mateo Riquelme
Su caso fue más reciente, y uno que ha conmovido más a las nuevas generaciones por lo escabroso del crimen y por ser cometido por el propio padre del pequeño. Sucedió el 6 de diciembre del 2014. Entre las 15:00 y 16:00 horas de ese día, al interior de una vivienda en plaza 21 de mayo, Mateo de 2 años, era golpeado por su propio padre, Cristián Riquelme Araya, quien posteriormente procedió a asfixiarlo. Enterró su cuerpo en la quebrada de Quetena. Cristián fue condenado a cadena perpetua.
Hoy, se erige una animita en el lugar de la quebrada donde fue hallado su cuerpo. En 2017, una denuncia en SoyCalama exponía que la animita estaba quedando rodeada de basura y escombros.
Evaristo Montt
La animita de Evaristo Montt Monsalve en Antofagasta ha de ser una de las más famosas del país. Ubicada en calle Valdivia, casi llegando a Montevideo (frente a los patios de la empresa del ferrocarril) marca el sitio de un macabro suceso acaecido hace 97 años.
Fue la madrugada del 15 de julio de 1924 que, Evaristo de 24 años, casado y quien se dedicaba a las labores de sereno (cuidador) de los patios del ferrocarril, perdió la vida al estallar la caldera de una locomotora que en esos momentos se aprestaba a partir hacia las salitreras. El bombazo no solo se llevó a Evaristo, sino también al maquinista, un fogonero y otro cuidador.
No obstante fue parte del cuerpo de Montt el que salió despedido con violencia del sector del accidente, yendo a parar despedazado a una muralla exterior, misma donde hoy se encuentra la animita.
Juanita Guajardo
También en las costas del sector norte de Antofagasta, frente al sector de Las Petroleras, se encuentra la animita de Juanita Guajardo, mujer que al igual que Botitas Negra, falleció en misteriosas circunstancias en la década de los 80’s.
De oficio estilista, Juanita Guajardo era una joven que trabajaba en una peluquería en calle Condell. No obstante algunos testimonios dicen que la joven por las noches se dedicaba a trabajar en nigth clubs con el nombre de Sandra LeRoy. En estas circunstancias desapareció y su cuerpo fue hallado días después en la playa, precisamente la mañana del 21 de febrero de 1983.
Nunca se supo qué fue lo que ocurrió ni quién habría sido su victimario. Además se esparció la tesis de que fue “fondeada” en el mar, al tener supuestamente heridas de atadura en sus extremidades. El lugar donde fue sacado su cadáver hoy es un punto de peregrinación popular.