Marzo es el mes más importante del año para todas y todos los calameños. Diversas actividades realzan estas celebraciones, pero también los sabores se hacen presente, en especial el tierno, dulce y único “Choclo Calameño”, que en los últimos años ha escaseado producto de la irrupción de la maleza Mostaza Negra en los suelos agrícolas, pero que gracias al intenso trabajo conjunto entre la agricultura local y el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), ha crecido fuerte y sano en esta temporada y con seguridad estará presente en las mesas de las familias loínas.
En los últimos años la irrupción de la maleza Mostaza Negra, ha sido un dolor de cabeza constante para la agricultura local, en este sentido el “Programa de Extensión con Enfoque Territorial, para el Manejo y Control de la maleza” -que lleva adelante INIA con fondos del Gobierno Regional de Antofagasta- ha sido fundamental para entregar herramientas que permitan controlarla mediante un manejo integrado, que mejora las condiciones de los suelos para su producción.
“El choclo calameño es parte de la cultura. Para las y los agricultores producirlo es fundamental. Nosotros como INIA entendemos ese requerimiento, por eso creamos planes de manejo especiales para quienes trabajan el maíz. Las y los agricultores lo aplicaron en sus suelos con resultados muy positivos y eso se verá reflejado en las mesas durante este mes y el próximo. Eso nos tiene felices”, dijo Bárbara Vega directora del programa.
Si bien actualmente en ferias y el terminal agropecuario de Calama ya hay choclo calameño se espera que desde mediados de este mes y hasta fines de abril los choclos ya estén masivamente a la venta.
Experiencias
Ponerle mantequilla a un choclo humeante, recién salido de la olla es el último paso de un largo ciclo de arduo trabajo para las y los agricultores.
Siguiendo las recomendaciones técnicas de INIA, pudieron enriquecer sus suelos disminuyendo la capacidad de la maleza y haciendo que los cultivos como el maíz crecieran ganándole a la Mostaza Negra. Eso involucra un trabajo arduo, continuo y riguroso.
“El crecimiento de la mostaza es muy rápido y a veces uno termina de preparar una era y ya la otra está llena otra vez. Hay que volver atrás. Entonces, a veces el tiempo a uno no le da. Además, la mano de obra es escasa. Hay muchas cosas en contra. Cuando no hay mano de obra, nadie quiere hacerlo. Entonces uno como sea lo hace para tener choclos”, explicó Ricardo Chamorro agricultor del sector Cerro Negro de Calama, que confirma que este año tendrá mejor producción de maíz.
Cerca de Chamorro, vive Luis Jorquera y su señora Juana Varas. Ambos recuperaron terreno logrando sembrar maíz en eras que estaban invadidas por la maleza.
“Gracias a la ayuda que hemos tenido de INIA logramos tener producción (..) Es muy favorable, porque gracias al programa hacemos agricultura. Tenemos la ayuda, nos indican los procesos, cuando debemos aplicar los fertilizantes, los abonos correspondientes y así tener una mejor producción de maíz, como también de alfalfa”, comentó Juana Varas quien adelantó que a mediados de marzo ya tendrá la primera cosecha.
El trabajo conjunto entre INIA y la agricultura local está dando frutos, que no son producto de la casualidad, por el contrario, es la aplicación de estudios y conocimientos técnicos que han recopilado los profesionales extensionistas del Instituto y que hoy se ven reflejados en las mesas loínas con el tierno y dulce choclo, un ícono de las celebraciones en el mes de Calama.