Un verdadero martirio viven los vecinos de la calle Vargas, en pleno centro de Calama, luego que denunciaran una serie de asaltos, robos y el tráfico de drogas en el sector, situación que comenzó a generar inseguridad en el lugar y problemas con actividades diarias.
Acusan que, por ejemplo, “si bien se había allanado una casa adaptada para la comercialización de drogas, este inmueble fue rápidamente arreglado y persisten en vender y consumir sustancias en plena
vía pública, ante la mirada y la impotencia de vecinos”. Lo anterior lo comentó uno de los comerciantes del sector, quien prefirió guardar en secreto su identidad, dada la hostilidad del ambiente de inseguridad que los rodea.
Otra vecina agregó que “en estos dos últimos días dos personas fueron asaltadas en el lugar. Un adulto mayor y otra persona que venía a control médico a Calama. Ambos fueron interceptados por estos delincuentes, que amparados en la oscuridad les quitaron dinero, celulares y documentos”.
A lo anterior, se suman las palabras de Ely, habitante del sector, quien contó que “han reventado la persiana de al lado de mi casa, también la puerta la han intentado de abrir. Entonces yo necesito que realmente las autoridades se comprometan a resguardarnos, se necesita más vigilancia y presencia policial”.
Dijo que a las seis de la tarde cerraba las puertas de su casa, dado que a partir de ese horario el sitio es intransitable.
“No le abro la puerta a nadie por la misma razón, y esto de repente también sucede como a las cuatro o cinco de la mañana, que empiezan a gritar. La gente escucha, porque acá se escucha todo lo que hablan afuera, y el silencio de la madrugada también hace que uno se despierte y escuche las cosas que pueden hacer”, puntualizó.
MICROTRÁFICO
Pese a que se derribó el frontis de una casa tomada por parte de Carabineros, la venta de drogas continúa y las personas que estarían cometiendo estos robos persisten en consumirla en la calle, lo que no solo genera temor, sino que además la imposibilidad dellevar una vida normal, tanto de día como de noche.
Así afirmó otra denunciante, señalando que “para estas personas no hay horario para sus actividades ilícitas y sin temor a la actividad policial”.
PELEAS
Además de la toma ilegal del inmueble, las peleas y disputas por drogas son otra de las preocupaciones de los afectados.
“No hay tranquilidad, a diario se registran peleas, y tememos que estas cobren alguna vida debido a esta situación. Merodean de noche y día, sólo para conseguir algo que les permita ser vendido o cambiado por drogas”, dijo una de las afectadas.
La denunciante dijo además que “han comenzado a moverse por los techos, a despegar calaminas para ingresar a los domicilios. Uno de ellos fue captado luego de caer a mi domicilio, hecho que fue captado por una cámara interna de mi casa y mientras no había moradores. Esta es una situación compleja y que reviste una intervención seria y profunda de
las autoridades ante este descontrol”.