Hace unos días, en la 78ª Asamblea General de la ONU en Nueva York, más de 80 países firmaron el Acuerdo de Biodiversidad Marina de Áreas Fuera de la Jurisdicción Nacional (BBNJ) o Tratado de Alta Mar, el que permitirá, entre otras cosas, la creación de áreas marinas protegidas en aguas internacionales.
La protección de las aguas internacionales es de vital importancia para la conservación de la biodiversidad marina, por ello el Gobierno de Chile en conjunto con la Coalición de Arrecifes de Coral de Alta Mar (CRHSC), impulsan una iniciativa tendiente a crear la primera área marina protegida de alta mar en el Océano Pacífico, labor en la que colabora el Centro de Ecología y Manejo Sustentable de Islas Oceánicas ESMOI, de la Universidad Católica del Norte (UCN), por lo cual participaron hace algunas semanas en la reunión del Comité Científico de la Organización Regional de Pesca del Pacífico Sur, en Panamá.
“Como parte de la Coalición de Arrecifes de Coral de Alta Mar y en conjunto con el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, hemos trabajado por varios años en la fundamentación científica para la protección de las cordilleras submarinas de Nazca y Salas y Gómez, en lo que sería la primera Área Marina Protegida de Alta Mar”, explicó el Dr. Carlos F. Gaymer, académico del Departamento de Biología Marina de la UCN y director de ESMOI.
Para contar con esta primera área marina protegida, Chile y la Coalición de Arrecifes de Coral de Alta Mar esperan que, como primera medida, se prohíba la pesca en el sector de la futura área marina protegida, razón por la cual participaron en la reunión del Comité Científico de la Organización Regional de Pesca del Pacífico Sur, instancia que regula las actividades pesqueras en alta mar en el Pacífico Sur.
“El alta mar es un espacio de gran importancia, representa el 70% del océano, y es por eso que también debemos avanzar en mecanismos que nos permitan protegerlo y conservarlo, con una enfoque ecosistémico, en donde podamos asegurar su salud al largo plazo. El acuerdo de BBNJ será clave para avanzar en el establecimiento de áreas marinas protegidas en alta mar, pero no podemos esperar a que este acuerdo ya esté en vigor, tenemos que comenzar a trabajar ahora mismo en los marcos existentes y de esta forma asegurar una protección efectiva y de esta manera cumplir la meta de protección del 30% del océano para el año 2030”, indicó Salvador Vega, Jefe de Asuntos Oceánicos de la División de Medio Ambiente, Cambio Climático y Océanos del Ministerio de Relaciones Exteriores.
En años anteriores el Ministerio de Relaciones Exteriores y ESMOI ya habían presentado estudios y propuestas a esta comisión, pero ahora se enfocaron en la importancia de contar con ecosistemas marinos en excelente estado para lidiar con los efectos del cambio climático. Además, ESMOI dio cuenta de los avances científicos que habían sido prometidos por Chile e informó sobre futuras expediciones en el área.
“Hablamos sobre la importancia de proteger estos ecosistemas porque son fuente de biodiversidad y también son áreas importantes de reproducción y crianza de recursos que esta misma organización está gestionando, como el jurel chileno”, explicó el Dr. Carlos F. Gaymer.
Para que el BBNJ entre en vigencia debe ser ratificado, y luego implementado, por ello se avanza en reuniones con las organizaciones que regulan las actividades en alta mar, de manera de establecer medidas que permitan mantener los ecosistemas en buen estado, hasta que se concrete la creación del área marina protegida.
Cabe recordar que en diciembre del 2022, en la Conferencia de las Partes de Biodiversidad -COP 15- del Convenio sobre Diversidad Biológica -CDB-, 195 países se comprometieron a proteger el 30% del total de los océanos y de la tierra para el año 2030 (objetivo 30/30). En este marco, la protección de la alta mar es fundamental para avanzar en esta ambiciosa meta.