Hasta la década de los 60, los días 13 y 15 de enero -fechas de las batallas de Chorrillos y Miraflores- se conmemoraba en Chile el Día del Veterano, en donde a través de diversas actividades se rendía homenaje a quienes pelearon en la Guerra del Pacífico, cuyo último sobreviviente falleció en 1967.
En este aspecto es necesario recordar las proezas de uno de los protagonistas de este conflicto cuyos restos hoy reposan al interior de un regimiento de Antofagasta y constituye una de sus máximas reliquias.
Según el medio de historia pampina DonCaliche.com, se trata del general Santiago Amengual Balbontín, cuyas osamentas dispuestas al interior de una pequeña urna de madera reposan bajo una espigada y pulida estatua de bronce que hace referencia a su persona, ubicada al interior de la 3ra Brigada Acorazada “La Concepción”, en el sector norte de Antofagasta.
Habiendo visto acción en la guerra contra la Confederación Perú-Boliviana y en las revueltas civiles que marcaron al país durante su etapa republicana a mediados del siglo XIX, este militar destacó por su rol durante la Guerra del Pacífico, en donde comandó al regimiento Séptimo de Línea, unidad protagónica de la novela “Adiós al Séptimo de Línea” del iquiqueño Jorge Inostroza.
Apodado como “El Manco Amengual” producto de resultar con uno de sus brazos completamente inmovilizado tras recibir un tiro en batalla, lo cierto es que pese a sus victorias militares, estuvo a punto de morir en la completa miseria.
TRAYECTORIA
El escritor e investigador histórico Rafael Mellafe Maturana (autor de libros como Las Batallas por Lima, Al Morro Muchachos o Tres Caminos a Tacna entre otros) explica el gran currículum del militar, siendo su debut en las armas al lado del general Manuel Blanco Encalada sofocando el motín de Quillota de junio de 1837, suceso en el cual fue asesinado el ministro Diego Portales.
“Participó en la guerra contra la confederación Perú Boliviana de 1836 – 1839 en varios combates, como Portada de Guías y la Batalla de Yungay. Estuvo presente en las revoluciones de 1851 y 1859. En febrero de 1859 se le encomendó formar el Batallón de Infantería 7° de Línea que luego fue disuelto. Cuando se desata la Guerra del Pacífico y con el grado de coronel, es nombrado comandante del Batallón de Infantería Esmeralda – el batallón de los “pijes”, formado en Santiago y con el correr de los meses pasó a ser el Regimiento de Infantería 7° de Línea. Durante la guerra tuvo una destacada participación en la Batalla de Tacna al frente de la Primera División”, explica Mellafe.
Por su parte el presidente de la agrupación histórica Los Viejos Estandartes, Rodrigo Cameron cuenta que Amengual “se retira del ejército en noviembre de 1888 con 53 años y 7 meses de servicios a su querida patria”.
MISERIA
No obstante, al estallido de la Guerra Civil de 1891 Amengual vuelve a las filas del Ejército. Esta vez en apoyo al presidente José Manuel Balmaceda. Al término de este conflicto y producto de la victoria obtenida por el bando del congreso, Amengual fue eliminado del escalafón militar, perdiendo todos sus derechos.
Al respecto Rafael Mellafe detalla que “después de la Guerra Civil quedó sin sueldo o pensión, lo que lo llevó a vivir en un conventillo de la capital en condiciones de mucha pobreza. Cuando fueron los funerales del general Manuel Baquedano en septiembre de 1897, Amengual apareció en la misa con un traje raído y zapatos rotos. Al poco tiempo de eso se le reconoció su grado militar, los sueldos y pensiones adeudados y se le siguió cancelando su pensión.
Amengual falleció pocos meses después de Baquedano, el 29 de abril de 1898 a los 83 años de edad. Sus restos fueron sepultados en primera instancia en el Cementerio General de Santiago, pero luego fueron exhumados y trasladados a Antofagasta para depositarlos al interior del antiguo regimiento Esmeralda, en avenida Grecia. Esto, por ser el primer comandante de la unidad.
No obstante con el traslado la unidad (Hoy Brigada Acorazada “La Concepción”) al sector norte, nuevamente los restos del otrora combatiente fueron exhumados y, en una ceremonia solemne, el 27 de octubre del 2016 fueron dejados en el lugar donde hoy descansan.