En la costanera sur de Antofagasta y dando la espalda al impetuoso Océano Pacífico se encuentra la Capilla Militar Nuestra Señora del Carmen, la cual pertenece a la Primera División del Ejército de Chile y constituye una de las postales más tradicionales de la Capital Regional.
La centenaria estructura de piedra ubicada en avenida Ejército a la altura de calle Sangra, cuenta con un improvisado campanario, una espigada columna de unos siete metros de altura en cuyo pináculo se erige una imágen de la virgen patronímica y, al costado norte, un ala con habitaciones que fungen de oficinas y bodegas.
Una de las particularidades de este templo es que se encuentra erigido a solo escasos cinco metros de la orilla del mar, siendo protegida de las olas por una rocosa muralla. No obstante esto no ha impedido que en numerosas ocasiones esta capilla se haya visto anegada en tiempos de marejada. Pero ¿Por qué esta ubicación?
FUNDICIÓN PLAYA BLANCA
Lo anterior se debe a que la instalación original que hoy alberga a la capilla fue en su inicio una casa de piedra que daba cobijo a una máquina rescatadora de agua de mar, la cual desanilizaba el líquido para utilizarlo posteriormente en el proceso industrial de una fundición de plata que funcionaba a más de 500 metros de distancia.
Se trataba del entonces complejo metalúrgico de Playa Blanca, cuyas ruinas hoy son conocidas como Ruinas de Huanchaca. Cuando esta fundición comenzó a ser armada en 1888, contó dentro de sus instalaciones con viviendas para los obreros, sala de máquinas y una bomba para surtir de agua al ingenio, motivo por el cual se creó la estructura de piedra para protegerla de las inclemencias del mar. Su construcción data de entre los años 1888 a 1892.
El libro “Huanchaca” de María Teresa Ahumada expone detalles de la obra: “El establecimiento de Playa Blanca estaba conformado por las siguientes secciones: Habitaciones, oficinas, almacén, talleres, edificios, calderos y motores, fábrica de gas, luz eléctrica y teléfonos (…) El edificio de máquinas constaba de una casa de fierro para el motor principal, una casa de madera para el motor auxiliar y una casa de piedra para la bomba grande”. Esta última sección sería a futuro la Capilla Militar.
En una de las únicas fotografías de esta estructura en los tiempos en que fungía como sala de máquina, tomada en 1900, se puede apreciar que las paredes y los ventanales a sus costados son los mismos que hoy tiene la capilla, siendo las modificaciones actuales el campanario y la ampliación del malecón que la protege de las olas.
OCASO
La fundición comenzó con problemas incluso antes de que entrase en funcionamiento. Por ejemplo, las obras tuvieron que paralizarse durante todo el año 1891 debido al estallido de la Guerra Civil, la cual terminó con el derrocamiento del gobierno del presidente José Manuel Balmaceda. Los trabajos se retomaron al año siguiente.
Además se sucedieron una serie de inconvenientes. El libro de Teresa Ahumada consta que “el primero de estos problemas se refiere a la baja que experimentó el precio de la plata en el mercado internacional. Además, el directorio de la compañía tomó conocimiento de que en la mina de Pulacayo (ubicada en Oruro y de donde se extraía la plata que era amalgamada en Huanchaca) se había producido la inundación de tres galerías inferiores, lo que naturalmente afectó la producción de la mina, y consecuentemente los trabajos en Playa Blanca”.
Además el libro expone que la población de Antofagasta, a través de su entonces alcalde Hermógenes Alfaro realizaron diversas reclamaciones a los administradores de la fundición debido a las tóxicas columnas de humo que no cesaban de emanar de sus chimeneas. Tras una serie de infructuosos salvatajes, la fundición Playa Blanca apagó eternamente sus hornos en 1902, siendo toda la estructura desmantelada y rematada.
CAPILLA MILITAR
Cuatro décadas después del cierre, de Huanchaca solo quedaba su basamento rocoso, el cual incluía la casa de piedra que albergaba la bomba de agua. Esta última estructura fue entregada al Ejército para ser adaptada como capilla. La gestión fue realizada por el comandante en Jefe de la Primera División de la época, general Jorge Escudero y el sacerdote Francisco Vistoso Meza.
En una antigua publicación del acontecimiento proporcionada por el arquitecto y urbanista de la Universidad Católica del Norte Claudio Galeno Ibaceta, se narra la ceremonia en la cual se da la bendición y el nuevo uso a la vieja estructura industrial.
“A las 11 de la mañana será inaugurada hoy la Capilla de la Población Militar. Será bendecida por el Obispo de Antofagasta Monseñor Alfredo Cifuentes Gómez.- Han sido invitadas las autoridades y caracterizados vecinos. (…) obra que ha sido construida en uno de los antiguos edificios de piedra del establecimiento minero de Playa Blanca por la firma Edmundo Pérez Zujovic y obsequiada por ésta a la guarnición militar de Antofagasta. La nueva Capilla será bendecida por el Iltmo. Obispo de Antofagasta, Monseñor Alfredo Cifuentes Gómez, en presencia de las autoridades civiles y militares y jefes y oficiales de la guarnición (…). Esta capilla estará destinada al culto público y quedará a cargo del Capellán del Ejército Presbítero Francisno Vistoso. (…)”.
Hoy, la capilla no es solo un atractivo objeto de postal, sino que aún mantiene sus servicios religiosos. Para quienes deseen participar de sus misas, estas son los jueves a las 19:30 horas y los domingos a las 12:00.