En horas de la noche de este viernes 18 de abril, y coincidiendo con la conmemoración de la Pasión del Señor, la Iglesia Católica chilena recibió con profundo pesar la noticia del fallecimiento en Santiago de Monseñor José Patricio Infante Alfonso, Arzobispo Emérito de la Arquidiócesis de Antofagasta.
Monseñor Infante tenía 95 años de edad y dedicó más de siete décadas de su vida al ministerio sacerdotal y episcopal: 72 años como sacerdote y 40 como obispo. En Antofagasta la Eucaristía para pedir por su eterno descanso y agradecer su labor pastoral en la iglesia nortina será el lunes 21 de abril, a las 19:00 horas en la Iglesia Catedral y será presidida por el actual Arzobispo de Antofagasta, Monseñor Ignacio Ducasse Medina.
Sus restos están siendo velados en la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús, ubicada en Avenida El Bosque 822, comuna de Providencia en Santiago, ciudad en la que falleció.
EN ANTOFAGASTA
El 12 de diciembre de 1990 el Papa Juan Pablo II lo nombró Arzobispo de Antofagasta, tomando posesión canónica el 25 de enero de 1991. Posteriormente, el 29 de junio de ese mismo año, recibió el palio arzobispal de manos del Santo Padre en la Basílica de San Pedro, en Roma.
En esa ocasión, el pontífice expresó su bendición a la ciudad de Antofagasta, recientemente afectada por un aluvión.
Durante los 13 años en que estuvo al frente de la Arquidiócesis de Antofagasta – hasta su retiro en 2004 por límite de edad-, Monseñor Infante se distinguió por una labor pastoral marcada por la promoción de la educación, la reconstrucción del patrimonio eclesiástico y el fortalecimiento de la vida comunitaria. Fue uno de los principales impulsores del Colegio Técnico Industrial Don Bosco, iniciativa desarrollada junto a la Asociación de Industriales de Antofagasta y la Congregación Salesiana.
Además, lideró la restauración de la Catedral de Antofagasta y la reinstalación de la imagen de la Virgen en la cúpula de la Basílica del Corazón de María, ambas afectadas por el terremoto de 1995. También tuvo un rol activo en la preparación pastoral al Jubileo del año 2000, cuya apertura celebró con una masiva misa de Nochebuena en el Estadio Regional de Antofagasta, convocando a miles de fieles. En este periodo, además, ejerció como Gran Canciller de la Universidad Católica del Norte, acompañando el desarrollo institucional de la casa de estudios desde su rol de autoridad eclesiástica y velando por su identidad católica.