Los estudiantes de la Escuela de Párvulos Los Conejitos vivieron una enriquecedora experiencia educativa durante su reciente salida pedagógica a los pueblos de Caspana, Lasana y Chiu Chiu. Esta actividad forma parte de su proyecto “La historia de mi tierra”, que busca valorar y resaltar la rica cultura y tradiciones de las comunidades locales.
Los niños tuvieron la oportunidad de explorar la belleza natural y el patrimonio cultural de estas localidades, aprendiendo sobre las costumbres, leyendas y estilos de vida que han moldeado la identidad de sus habitantes. A través de actividades interactivas y juegos, los estudiantes se conectaron de manera directa con su entorno, fortaleciendo así su sentido de pertenencia y aprecio por sus raíces.
Paola Salinas, docente de párvulos que acompañó a los estudiantes en esta salida pedagógica, detalló que “la idea era llevar a los niños a los pueblos del interior para que interactuaran con las personas de la comunidad, quienes les contaron cómo es la vida allí. En Caspana, visitamos los invernaderos y el cultivo en terrazas; en Lasana, aprendimos sobre la historia de la cultura Licanantay y visitamos el Pukará; y finalmente, en Chiu Chiu, los niños conocieron la Laguna Inka Coya”.
Rosario Orellana, directora de la Escuela de Párvulos Los Conejitos, agregó que esta salida pedagógica forma parte de la propuesta curricular de la escuela, inserta en el Plan de Mejoramiento Educativo del Ministerio de Educación. “Es una actividad que se volvió a retomar después de varios años. Al finalizar nuestro recorrido, realizamos un cierre cognitivo donde rescatamos lo más relevante y significativo para los niños, posterior a la experiencia vivida en el aula. Esto arrojó resultados muy positivos, ya que los niños se identificaron con la cultura, lo que va de la mano con el sello educativo de la escuela: educar asertivamente a través del juego”, expresó.
Esta salida pedagógica no solo ha sido un viaje a través de la historia y cultura local, sino también una oportunidad invaluable para que los niños desarrollen habilidades sociales y cognitivas en un entorno real. Al regresar a la escuela, los estudiantes llevan consigo no solo conocimientos, sino también experiencias que los enriquecerán como individuos y miembros de su comunidad.