El 8 de octubre se conmemora el aniversario del puerto de Mejillones, esto, dado a que ese día frente a sus aguas se suscitó uno de los combates navales más trascendentales para el curso de la Guerra del Pacífico, y se trata de la captura del monitor Huáscar, ocurrida en 1879.
Los detalles de este enfrentamiento a grandes rasgos son los siguientes. Desde el inicio de la guerra en marzo de ese año, el Huáscar no dejaba en paz al alto mando militar chileno, dado a que en sus incursiones bombardeaba puertos, hundía y capturaba naves, cortaba constantemente las comunicaciones telegráficas submarinas entre Antofagasta y Santiago e interrumpía y asediaba la ruta de envío de tropas.
La nave comandada por Miguel Grau encabronó tanto al alto mando, que el comandante Juan Williams Rebolledo, el más alto rango de la jerarquía militar naval, renunció a su cargo tras la captura del Rímac (que abordo transportaba a tropas chilenas hacia el norte). Así que el nuevo alto mando se jugó el todo o nada por capturar a la intrépida nave en Punta Angamos.
Combate
El Huáscar casi se escabulle, pero eran tantos los buques que lo enfrentaban que terminó siendo anulado. En un reñido combate que terminó con la mayoría de su tripulación muerta (capitán incluido) y con el buque casi al fondo del mar, acá te contamos 6 anécdotas de la trascendental batalla.
1- No fue capturado frente a punta Angamos:
El combate comenzó en punta Angamos, pero como era una persecución, recién se logró dar caza al monitor peruano en un sector denominado Punta Tames, caleta de pescadores ubicada a 8 km al norte de Michilla.
2- El capitán Grau murió al ser impactado directamente por un cañonazo (andanada):
Miguel Grau (el Arturo Prat para los peruanos) murió en medio de la gresca al recibir de lleno un proyectil del buque blindado Cochrane poco antes de las 10:00 AM, el cual fue disparado con objetivo de destruir la torre de mando del Huáscar (donde se encontraba el capitán). Tras el combate, solo se rescató del héroe peruano un pie dentro de una bota calcinada, y alguna de sus muelas que quedaron clavadas en el mamparo de dicha torre.
3-El único muerto chileno fue un niño de 13 años:
Domingo Johnson Rodríguez, grumete de 13 años que iba abordo del Cochrane, fue el único muerto chileno en el combate de Angamos. El menor, que al momento del cañoneo se encontraba sirviendo de apoyo a uno de los artilleros del blindado, recibió de lleno una ráfaga de metralla disparada desde la cofa del Huáscar, dejándolo con heridas de gravedad. Moriría horas después.
4-Los restos de Grau fueron sepultados en Mejillones:
Como lo comentamos en el punto 2, solo se rescataron pequeños restos del capitán peruano, los cuales fueron sepultados con honores militares (pese a que se seguía en guerra, los oficiales chilenos le sepultaron con honras) en Mejillones. Los restos fueron inhumados junto a otros altos oficiales peruanos que murieron en el combate y casi 30 marineros. Los restos de Grau solo estuvieron seis días, después fueron enviados a Santiago, donde fueron enterrados en el mausoleo de un amigo chileno. Años después fue repatriado con honores militares a Perú.
5-Capturados, pero jamás rendidos:
El Huáscar jamás se rindió en combate. Sus jefes hasta el último minuto clavaron la bandera peruana en los mástiles de la nave para continuar con la contienda. El palo del trinquete donde flameaba la blancorojo fue destrozada por los cañonazos enemigos, motivo por la cual las notas chilenas dan cuenta de que “se arrió la bandera”. Esto nunca fue efectivo, inclusive, al momento de ser abordada la nave peruana, la mayoría de su oficialidad se hallaba muerta, gran parte de los marinos también, y quienes estaban vivos, se encontraban heridos de gravedad. Quienes aún podían moverse, bajaron al interior del buque para abrir las esclusas y así hundir la nave a razón de que ésta no cayese en manos chilenas.
6-Susana Salinas Valdivia, la mujer que fue parte de la captura del Huáscar:
De oficio profesora, se encontraba en Los Vilos cuando una noche de octubre identificó al Huáscar. Para ese entonces, toda la marinería chilena seguía al buque de Grau, pero no se sabía dónde estaba. Susana avisó de la presencia del buque y su dirección a la oficina del telégrafo de Los Vilos, quienes transmitieron el mensaje “Huáscar llegó a este puerto 10 de la noche. Fondeó pocos minutos. Observó en redondo. Regresó recto al norte”. El mensaje llegó a Illapel, y de Illapel a la Moneda (Santiago). La noticia dio la alarma y se armó la trampa en Angamos.
Al respecto, Ana Olivera Cepedas, integrante del grupo Los Viejos Estandartes, quienes honran la memoria de los caídos y veteranos de la Guerra del Pacífico, cuenta de esta mujer que “Chile para lograr el dominio del Océano Pacífico, y seguir avanzando hacia el norte, con las tropas chilenas. Pero esto no hubiese sido posible si no se hubiese capturado el Huáscar, y para ello, la agudeza de Susana en estar pendiente siempre de su labor, ciertamente en vigía, y presta a todo momento de enviarnos información importantísima, a nivel central, jugó un papel que marcó y dio este giro maravilloso a favor de nuestro país”.