La Agrupación de Familiares de Ejecutados y Detenidos Desaparecidos de Calama, se encuentra conmemorando una vez más el nombre de las 27 personas que resultaron como víctimas del paso de la Caravana de la Muerte por Calama, hecho ocurrido en octubre del 73.
Para ello, se han dispuesto varias actividades, como por ejemplo una exposición con los nombres y las historias de quienes perdieron la vida, la visita al memorial que hay camino a San Pedro de Atacama, y una misa y una velatón que se llevará a cabo este jueves en la plaza 23 de marzo.
Sobre el volver a ”abrir la herida”, Violeta Berríos, presidenta de la agrupación señaló que “serán 50 años en los que no ha cambiado nada, el dolor y la angustia siguen. La herida que yo tengo aquí (señala su corazón) sana levemente, pero llega septiembre y vuelve a abrirse. Es algo que a nosotros no se nos pasará hasta el día que cerremos los ojos”.
“Este es un peso que tenemos. Muchos nos insultan diciendo que no es cierto lo que pasó, que nos aprovechamos porque tenemos dinero. Ojalá tuviera dinero, así me compraría una silla eléctrica, y no andaría en una de ruedas prestada. Son muy injustos”, agregó la familiar de uno de los asesinados por temas políticos.
De igual forma Violeta informó que hace dos meses (y luego de 40 años) cerraron el proceso judicial, luego de haber estado por 3 años en la Corte Suprema, “sin que lo vieran, lo ponían en tabla, lo cerraban, y así sucesivamente. La justicia ha sido injusta con nosotros, ellos no se han puesto los pantalones con los Derechos Humanos”, criticó Berríos.
Concluyendo con que “a nosotros se nos cerró el proceso hace dos semanas. Llamé a la abogada hace dos semanas y todavía no los detienen porque todavía no ha salido la orden de la (Corte) Suprema, entonces le siguen dando libertad, debiendo estar presos. Ya han muerto 11 mujeres integrantes de quienes iniciamos nuestra agrupación, esperando que haya justicia”.