Comenzando el 2021 el terreno de la señora Blanca Fernández estaba prácticamente inutilizable. La maleza Mostaza Negra invadió su campo. Los pocos cultivos que tenía ocupaban menos de un cuarto del total de la superficie con que cuenta en el sector Cerro Negro de Calama.
Hoy, dos años después, la realidad es completamente diferente. Gracias al apoyo del “Programa para el Manejo y Control de la Mostaza Negra”, que ejecuta el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) con fondos del Gobierno Regional de Antofagasta y aprobados por el CORE, logró recuperar varias eras de su predio donde pudo volver a producir el ancestral choclo calameño y forraje para los animales.
“Gracias al INIA he tenido mejor cosecha, menos trabajo. Me han apoyado bastante. Pensábamos que ya no iba a recuperar los terrenos. Porque estaba lleno, lleno, parejo de pura maleza y semillaba más encima, no la podía sacar”, comentó la agricultora.
Dice que para lograrlo no hay fórmulas secretas, se trata de trabajo diario y conjunto con el INIA, quien con su cuadrilla de operarios pudo limpiar el sitio y asesorar a la agricultora para el manejo de su suelo.
“Me aburrí de sacar maleza. Había que dejarla porque no se podía. Se mejoraba lo que uno podía limpiar nomás. Pero ahora no, si usted ve, la parcela se ve. Antes se veía pura maleza”, concluyó la agricultora que está feliz porque esta temporada incluso pudo vender su producción, algo impensado hasta hace unos años.
Chiu Chiu
Los casos exitosos en el manejo de la maleza se extienden también a Chiu Chiu. Por ejemplo don Gregorio Ayavire, ha puesto todos los esfuerzos posibles para mantener el terreno sin maleza.
Cuenta que anda pendiente de su tierra y en cuanto ve una nueva mata la saca inmediatamente. Ha sido una tarea difícil y agotadora, pero le ha dado resultados.
“Hay que preocuparse un poco más de esto y estar siempre pendiente. Por lo menos yo la he hecho desaparecer. Es que si nosotros la dejamos que cunda nos ganaría”, explicó
El agricultor valoró el apoyo del Instituto, sobre todo las capacitaciones a las que tuvo una buena participación. “Me encuentro capacitado para seguir combatiéndola, porque ya he aprendido, he aprendido gracias a ellos que lo han enseñado”.
Una historia similar es la de la señora Nila Panire, quien tenía parte de su terreno inutilizable con la proliferación de la Mostaza Negra. Pero confió en las técnicas de manejo y optó por la solarización, que le dio excelentes resultados al punto que hoy siembra alfalfa para sus animales.
“Cuando está empezando, sí hay solución. Pero si dejamos que se extienda a todo el potrero ya no. Ahí es difícil matarla. Tenemos que estar pendientes porque viene en los canales, está en todos lados y esa semilla va a salir por ahí. A veces uno no se da ni cuenta y ya parece”, explica.
Un trabajo conjunto entre los profesionales del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) y los propios agricultores, quienes han mostrado compromiso para ganarle a la Mostaza Negra.
“Para nosotros es muy gratificante ver cómo la mayor parte de los productores que participan en el programa, ya sean de Calama, Chiu Chiu, Lasana y Río Grande, aprendieron a controlar la maleza en sus predios y mejoraron la producción. No ha sido fácil, pero con el apoyo del Gobierno Regional de Antofagasta y el CORE, en la disposición de los recursos, y de nuestro instituto en lo técnico se ha podido enfrentar de la mejor forma este problema que llegó para quedarse”, explicó Bárbara Vega, directora del programa.
Si bien hay experiencias positivas, no se puede bajar los brazos y pensar que esto terminó. Al contrario, el compromiso de cada productor en el manejo y control de la Mostaza Negra debe renovarse cada temporada porque es una problemática que seguirá presente.
Acerca de INIA
El Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) es la principal institución de investigación, desarrollo e innovación agroalimentaria de Chile. Vinculada al Ministerio de Agricultura, cuenta con presencia nacional y un equipo de trabajo de más de 1.000 personas altamente calificadas. Ejecuta al año un promedio de 400 proyectos en torno a 5 áreas estratégicas: Cambio Climático, Sustentabilidad, Alimentos del Futuro, Tecnologías Emergentes, y Extensión y Formación de Capacidades. Estas iniciativas contribuyen al desarrollo agroalimentario sostenible del país, creando valor y proponiendo soluciones innovadoras a los agricultores, socios estratégicos y la sociedad, generando una rentabilidad social que varía entre 15% y 25%, por cada peso invertido en cada uno de sus proyectos.