A las 0:00 hrs. del 15 de agosto pasado se sintieron explosiones aisladas en el cielo calameño con motivo de los festejos en honor a la Virgen de Urkupiña, por lo que el panorama que se vivió anoche, con la llegada de un nuevo 8 de septiembre, se veía venir. La pandemia obligó a trasladar a Calama las celebraciones de la tradicional fiesta religiosa de la Virgen de Guadalupe de Ayquina, y sus devotos esperaron este día tal cual como lo dicta la costumbre en el poblado: con fuegos artificiales, que iluminaron la ciudad en variados puntos.
Comúnmente la pirotecnia es sinónimo de alegría, sin embargo ahora fue distinto, ya que cientos de calameños reaccionaron indignados -pese a que en años nuevos esta situación es aún más masiva-, haciendo sus descargos a través de redes sociales e intercambiando opiniones con los seguidores de la Virgen, varias de ellas en duros términos, durante toda esta jornada. Desde molestia por el ruido, hasta preocupación por los niños, las mascotas y el medioambiente, fueron razones para mostrar enojo, postura que para algunos resulta justificada, en cambio para otros exagerada.
Las siguientes son opiniones recogidas del perfil de Facebook de nuestro medio, tanto a favor como en contra de la manifestación de la pasada medianoche:
Kät Galleguillos: “No dejan dormir con sus pirotecnia, tampoco piensan en los perros de la calle, llevan como 30 minutos tirando fuegos artificiales, con 5 o 10 minutos bastan” (sic).
Amelia Colque: “Mañana me levanto temprano para las clases virtuales y no puedo dormir ,por que contaminan el aire ahora que esta la pandemia que paso con las normas de cuidado hasta los perros están asustados” (sic).
Cami Andrea Galleguillos: “Que onda la gente que reclama si son de calama es sabido que es la fiesta de la Virgen en septiembre si los devotos no pudieron ir a verla a ayquina era de esperar todo lo que pasó. Yo no creo en la Virgen pero respeto a los que si” (sic).
Bettina Fabiola Bertuol Riarte: “Muy molesta, cero empatia con el resto, tremenda bulla y los animalitos super asustados, para que decir gente enferma y los niños” (sic).
Angelito Wuhan: “Dios perdone todos esos malos comentarios, además, no fue toda la noche…todos tienen derecho de expresar su fe, nos guste o no, me desperté de un salto, pero después me acordé de que se trataba y seguí durmiendo” (sic).
Victor Hernan: “Que mal de verdad, poca educación de la gente, se respeta sus tradiciones, pero deben respetar la tranquilidad de los animalitos principalmente. Si desean celebrar celebren dentro de sus casas a su manera no fuera de ella, además respetar el luto de las personas que han perdido a sus seres queridos por la pandemia” (sic).
Evelyn Cristina Arancibia Blanco: “Se entiende lo de los animalitos es verdad que ellos se desesperan pero muchos de los que están reclamando en esta nota no reclamarian si fuera año nuevo o el aniversario de calama” (sic).
Bárbara Cortés: “¿Es necesario insultar las creencias de otras personas, por unos pocos? Hablamos de empatía, cuando solo veo cómo insultan las creencias de otros, ¿quieres respeto?, ¿tú lo das? La tolerancia, el respeto y la empatía, llega hasta donde te acomoda a ti, porque si no es como quieres, entonces insultas, denostas, y humillas” (sic).
Más allá de las posiciones contrapuestas, lo cierto es que la venta de fuegos artificiales está prohibida al público en nuestro país, por lo que llama la atención la facilidad con que la gente accede a ellos cada vez que hay motivos para celebrar. Al parecer algo de esta ley no está funcionando.