Nadie es ajeno al rol que cumple la minería en la región de Antofagasta, siendo esta su principal motor económico. Lo impresionante es que la importancia de este rubro para la zona se viene registrando desde tiempos precolombinos.
Lo anterior, porque en la región se descubrió en el último año del siglo XIX al llamado “hombre de cobre”, una momia conservada perteneciente a un antiguo minero indígena quien fue hallado con sus utensilios de trabajo al interior de una galería en el mineral que hoy es Chuquicamata.
Al respecto, el arqueólogo, académico y Dr. Honoris Causa de la Universidad Católica del Norte (UCN), Lautaro Núñez Atencio, explica la relevancia de este minero cuya data de muerte fue datada hace más de 1.500 años. “Los datos que tenemos sobre el llamado ‘hombre de cobre’, es que, por la forma en que fue encontrado, y con las herramientas que tenía, es hasta ahora, el primer minero encontrado en su lugar de trabajo”, explica.
El también Premio Nacional de Historia, cuenta que tuvo ocasión de observar el cuerpo real del minero (hoy, conservado en el museo de Historia Natural de New York), donde dimensionó las características de este milenario habitante de la región.
“Es de suponer que este joven falleció en medio de un derrumbe mientras extraía minerales, quedando rodeado de cobre. Por tanto tiempo en el clima seco, absorbió cloración del metal. Era un joven de entre los 20 y 30 años. Corpulento, se ve que era un mocetón fornido. Tenía ropas muy livianas porque, en realidad, él estaba en una galería donde obviamente hacía calor, y entonces tenía una especie de cobertura muy elemental. Lo extraordinario no es solamente por ser el primer accidente del trabajo del cobre, sino que, en medio de su contexto, estaba con todos los objetos normales de un minero. Tenía unos martillos, un aparato para la recarga de minerales, entre otros adminículos necesarios para su oficio”, explicó el experto.
Minería Preincaica
Otro de los aspectos que llama la atención, es que ya en tiempos previos a la constitución del Tawantinsuyo (o imperio incaico), la explotación del cobre ya fuese relevante para los habitantes del interior de la región.
Al respecto, Núñez Atencio explica que, en efecto, él mismo participó en el descubrimiento de una faena minera preincaica establecida a metros de Chuquicamata, en donde se hallaron restos de herramientas similares a las que presentaba el hombre de cobre. “Tuve la oportunidad de cavar un campamento de mineros preincaicos a unos cinco kilómetros de la mina de Chuquicamata (…) Por lo tanto, en esa época la actividad no era distinta a la de hoy, simplemente cambió la escala”, dice el arqueólogo.
También expone que “en la época del ‘hombre de cobre’ habían crisoles para fundir metal para verterlo en lingoteras, que es un molde más ligero. En la época preincaica, los atacameños exportaban o hacían circular estos lingotes. Hay un dato de un arqueólogo norteamericano que consta que halló objetos arqueológicos en la frontera entre Perú y Ecuador y que, según los exámenes que hizo, su procedencia viene del llamado ‘cinturón del cobre’, donde se ve comprometido el norte de Chile. Ahora ¿qué se hace con ese lingote? En el caso de los pueblos que no tenían minería, lo requerían para hacer, por ejemplo, brazaletes, collares, cucharas, cuchillos, etcétera. Es decir, tiene una gran utilidad que, para la vida prehistórica, era muy importante”.
En agosto de 2006, una réplica del hombre de cobre fue exhibida en el Salón Chela Lira de la Universidad Católica del Norte, oportunidad en que la comunidad de la región de Antofagasta pudo conocer un poco más de quien fuera uno de los pioneros de la actividad minera en la zona.