A pesar de la pandemia, este año la Farmacia Ciudadana de Calama no ha visto una reducción en sus usuarios, al contrario, ya que en enero se registraban 1.805 y en noviembre 2.147, sumando 342 nuevos inscritos en lo que va del año a la farmacia que, desde enero 2022, comenzará a funcionar en la ex Universidad Arturo Prat, tras pasar cuatro años ubicada en calle O’Higgins, donde comenzó a funcionar en enero de 2018.
“Somos una institución sin fines de lucro, por lo tanto, eso lleva a que los remedios sean más baratos”, explicó Rosa Rojas, química farmacéutica y directora técnica de la Farmacia Ciudadana de Calama, quien demuestra la diferencia de precios que existe con tres medicamentos: Galvus Met para pacientes diabéticos ($25.000 en farmacia ciudadana y $50.000 en el mercado); inyección Decapeptyl para evitar el desarrollo precoz en niños y niñas ($195.000 en farmacia ciudadana y $280.000 en el mercado); y cintas reactivas Accu-Check para medir la glicemia ($6.850 en farmacia ciudadana y $25.000 en el mercado).
Para inscribirse como usuario de esta farmacia es necesario presentar una receta médica de un mínimo de tres meses, copia de carnet de identidad y comprobante de domicilio, dado que este beneficio se enfoca en los calameños y calameñas. “Yo en realidad me siento muy feliz, porque el motivo de haber puesto esta farmacia es ayudar a la gente, especialmente, económicamente, que es el problema mayor que se encuentra en todo ámbito. Y me siento orgullosa porque ayudo, les alivio un poquito”, afirmó Rosa Rojas.
Y agregó que “próximamente, vamos a trasladarnos al local de la Unap, esto va ser entre enero y febrero. Como vamos a mantener cerrado, entonces vamos a ver la posibilidad, si es que tenemos medicamentos suficientes, para darle a los pacientes para dos meses, y que enero nos les falte”.
Usuarios
En esta farmacia las personas también pueden acceder a medicamentos de venta libre, los cuales no requieren de inscripción para su acceso: anti inflamatorio, anti gripal, antitusivo, analgésico, algunas cremas, etcétera.
Marcia Gálvez es usuaria de la farmacia ciudadana hace tres años, porque padece artritis reumatoide y contó que “me he beneficiado porque vamos a otras farmacias y los medicamentos son muy caros. Acá, por lo menos, tenemos la opción de comprarlos más económicos y las señoritas que atienden acá son muy buenas con los pacientes, porque a veces venimos con problemas y ellas nos apoyan en ese aspecto”.