El impacto que tuvo la pandemia de Covid-19 sobre la actividad académica, así como la relación con la industria y la revolución tecnológica digital al servicio de la docencia, fueron algunos de los tópicos abordados por Héctor Concha, rector del Colegio Técnico Industrial Don Bosco de Calama, plantel impulsado por la Asociación de Industriales de Antofagasta (AIA). Oriundo de la ciudad de Talca, y con experiencia directiva en otros centros educativos del país, el doctor en Políticas y Gestión Educativa resaltó el aporte de la educación técnico profesional a la creciente demanda de mano de obra en el sector minero, apuntando además a las nuevas metas para la educación.
Industria y educación TP
“Las carreras que impartimos son de un requerimiento importante en la industria y la minería. Los jóvenes de nuestro colegio comprenden que quienes se titulen lograrán una fuente de trabajo segura, pues son más los puestos de trabajo disponibles que los técnicos para ocupar esos cargos”, detalló el educador, quien es profesor de Inglés de la Universidad Autónoma del Sur, a propósito de las especialidades que mantiene el colegio: Electricidad; Mecánica Industrial con mención Electromecánica; y Explotación Minera.
El Colegio Técnico Industrial Don Bosco Calama fue creado en 2016 por la Fundación Educacional Región de la Minería, conformada por el Arzobispado de Antofagasta, la AIA y la Congregación Salesiana. Es mixto y gratuito, contando hoy con 900 estudiantes, donde el 38% de ellos son mujeres, mientras que el 22% pertenece a una etnia originaria, principalmente la atacameña. “La inclusión de género, además de la inclusión por etnia es un tema muy importante para nuestro colegio y para la minería. La normativa legal vigente ha aportado a este respecto, pero las mismas empresas se han puesto metas claras respecto a la inclusión en niveles porcentuales significativos”, manifestó el líder educativo.
Clases presenciales y especialidades
Concha, quien además posee dos magister en Educación por la Universidad de Talca y la Universidad Católica del Maule, indicó que desde agosto el proyecto educativo funciona de manera híbrida en todos sus niveles. “Hicimos una importante inversión en tecnología, lo que ha venido a cooperar en el desarrollo de las clases híbridas. Hasta el momento estamos trabajando con los aforos que nos autoriza la Ley, pero tan pronto podamos, aplicaremos el Ordinario N° 05/1278 de la División de Educación General del Ministerio de Educación para lograr la presencialidad plena”, anticipó.
En línea con ello, el directivo explicó que entre los planes del colegio para el año lectivo 2022 está el aumento de cupos, principalmente para primer año medio. “Sólo este año tuvimos casi 500 postulaciones a enseñanza media, esta noticia nos llenó de alegría y esperanza. Esperemos que la situación sanitaria se estabilice y podamos volver”, señaló, subrayando la relevancia de la presencialidad para los estudiantes de 3° y 4° medios, quienes deben preparar su futura práctica profesional a través de su trabajo práctico en talleres.
Empresas y revolución tecnológica
El rector agradeció el apoyo de las empresas comprometidas con el colegio, a propósito de la práctica profesional, capacitaciones y charlas motivacionales, donde destacan TTM, Finning Codelco, El Abra, CICITEM, Compañía Minera Lomas Bayas, SQM, Komatsu-Cummins y Copec
“La revolución tecnológica llegó para quedarse y tendremos que reinventar el ‘cómo’ en la praxis intra muros. Los maestros que trabajan en las especialidades deberán articular mucha información práctica que primero pueda ser compartida vía digital y posteriormente pueda ser ejecutada presencialmente. La metodología en el hacer debe ser presencial. Los jóvenes deben manchar sus manos con la grasa de un motor o sentir el calor que produce una soldadura. La presencialidad jamás podrá ser superada por la virtualidad”, enfatizó Concha.