En el día del fonoaudiólogo, destacamos la loable labor que ejercen estos profesionales con los pacientes que se vieron afectados por el COVID-19, siendo su acompañamiento fundamental en la rehabilitación de estas personas en el hospital Carlos Cisterna.
Uno de estos pacientes es Mamerto Pardo, quien cuenta que “yo me enfermé porque soy conductor de los buses Pullman. Dentro de mi trabajo también me cuidaba, pero dentro de los viajes, llegando a un servicio de Antofagasta a María Elena, me di cuenta que tenía un resfrío muy fuerte, un dolor de cabeza, y una fiebre, pero de 42 grados”.
Por lo anterior, Pardo agrega que “de hecho, de María Elena me trajeron un oxígeno. El trayecto de la ambulancia es, más o menos, una hora de viaje. Pero la ambulancia alcanzó a llegar, que yo no me recuerdo. Cuando yo llegué aquí, a Calama, la única vez que me recuerdo fue cuando desperté, y el doctor que estaba en la UCI me dice: “Don Mamerto, menos mal que despertó, tiene cuatro meses en coma inducido, durmiendo, porque la enfermedad que usted tenía era muy fuerte, al cual, no sé si usted es fuerte o valiente para ver sobrevivido a su situación de la enfermedad del Covid”.
Una vez superada la etapa de peligro, recibió rehabilitación a manos de profesionales en fonoaudiología. “La fonoaudióloga, la señorita Norma, la señorita Camila. Cuando yo estaba después del cuarto mes, ellas me enseñaban a comer, pero con papillas muy suaves; me arreglaban las cuerdas vocales. Agua no bebía, pero sí con jeringa, gotitas, me mojaban los labios. Pero ellos me enseñaron a comer, y a beber agua; aquí me enseñaron a caminar, me enseñaron a conocer a las personas. Es como que nací de nuevo, acá, en este hospital. Y todos los grandes profesionales, de estos hospital de Calama, Carlos Cisternas, yo les debo la vida”.
Trabajo
Sobre este acompañamiento en la rehabilitación, la fonoaudióloga Norma Gómez, cuenta que “Nuestra importancia en la pandemia, es principalmente en el manejo de personas entubadas, cuando se extuban, en otras veces que el paciente pueda alimentarse por una vía oral, porque la intubación oral, o traquial, causa muchos daños a nivel estructural que podrían repercutir en la seguridad de la alimentación del paciente. Posterior a esto, también podemos trabajar con pacientes con traqueostomía, enfocarnos en lograr que el paciente salga de su traqueostomía, y vuelva a sus mecanismos de respiración habitual; también trabajamos con adultos mayores con demencia, en personas secueladas de accidentes cerebrovascular. Por eso, cómo les decía, a lo largo de todo el ciclo vital estamos presentes”.
Asimismo agregó que “es lindo. Es algo que a uno le retribuye mucho, el ver cómo uno conoce a sus pacientes, muchas veces sin poder alimentarse vía oral, y después ver a los pacientes ya rehabilitados, o cuando uno los ve aquí en (¿poli?), que llegan súper bien acompañados de sus familias y agradecidos de la labor que uno hace con ellos, porque todos sabemos que la alimentación es algo súper importante. Además, no solamente selección es el hecho de alimentar, sino que es un entorno social; nosotros nos sentamos a la mesa, y compartimos con nuestra familia. Entonces, por eso es tan importante que nuestros pacientes se vayan alimentando por vía oral”.