Hoy conmemoramos el 142 aniversario de nuestra comuna, efeméride que ya en la publicación de ayer, explicamos que recuerda el combate de Topater (o de Calama), el primer encuentro en donde se enfrentaron chilenos y bolivianos al iniciarse la Guerra del Pacífico, en 1879.
Lo cierto es que esa jornada enfrentó a un ejército profesional integrado por más de 500 soldados, versus unos 150 civiles escasamente armados, quienes al mando de Eduardo Abaroa (comerciante y vecino de la comuna), organizaron la resistencia para oponerse a la toma del pueblo esa tarde del domingo 23 de marzo.
Cabe destacar que este combate fue el único que enfrentó íntegramente a bolivianos y chilenos (las demás acciones enfrentarían a Chile ya con la alianza Perú-Bolivia, y después del combate de Tacna en 1880, solo a Perú).
Contexto
Pese a las dimensiones de los grupos contendientes, (500 v/s 150), la gresca dejó solo 9 muertos por parte de Chile. Pese a que Wikipedia cita que de parte de Bolivia hubo 2 caídos, lo cierto es que las bajas bolivianas nunca se determinaron del todo, ya que al ser civiles armados, el Ejército altiplánico no contaba con una lista de quiénes eran los combatientes.
Asimismo Chile solo tomó nota de sus muertos, dando solo sepultura al boliviano Eduardo Abaroa por su arrojo en la gresca, pero dejando los otros cadáveres enemigos tendido sobre los pastizales sin siquiera enterrarlos. Estos se descompondrían bajo el tórrido sol y desaparecerían sin tenerse cuenta de cuántas fueron las reales bajas.
Para la nómina de los caídos chilenos del Topater, citamos el libro “Los que no volvieron. Los muertos de la Guerra del Pacífico“, del destacado investigador militar Mauricio Pelayo González, quien en dicha obra enumeró la mayoría de las víctimas militares chilenas durante el curso del conflicto.
Los caídos
En el libro, Pelayo escribe que “En este combate solo murieron soldados de caballería del regimiento Cazadores a Caballo, lo que es extraño al pensar que en dicho enfrentamiento fue netamente de infantería. Esto ocurre en el asalto. Las tropas de caballería fueron lanzadas antes que los infantes; sobre sus caballos, daban así a sus enemigos un punto vulnerable a los tiros efectuados desde escondidas posiciones”.
Producto de lo anterior, cayeron muerto ocho jinetes de la caballería y un soldado perteneciente al 2do de Línea:
Regimiento cazadores a Caballo: Carlos Fernández, Feliciano Farías, José O. Quiroga, Rafael Ramírez, Belisario Rivadeneira, Facundo Rojas, José E. Sepúlveda y José de la C. Vargas.
Por parte del Segundo de línea: Cirilo Albornoz.
Al no tenerse nómina de los contendientes bolivianos, Calama en Línea rinde también homenaje a los civiles que resistieron el ataque chileno a través de la figura de Eduardo Abaroa, el empresario que armó una improvisada milicia y que cayó junto a los suyos en medio de los pastizales de Topater.
La anécdota histórica dice que Abaroa, ya con una herida mortal en la garganta, tendido entre los pastizales sin energías siquiera para levantar el revolver, oye a los oficiales chilenos acercárseles sobre sus monturas. “Ya es mucho, hombre” -le dijeron-. “Deje el arma ahí, ríndase y permitid que curemos sus heridas”.
-“Que se rinda su abuela’ carajo!” espetó Abaroa, concentrando sus últimas fuerzas en percutar el último cartucho que le quedaba en el revolver. Antes de hacerlo, una ráfaga de tiros lo convirtió en el héroe nacional de Bolivia.