Dos colegios de Calama suspendieron sus jornadas educativas esta semana, por el corte de la energía eléctrica, provocado por una deuda pendiente de la entidad sostenedora, es decir, el Servicio Local de Educación Pública (SLEP Licancabur).
Según publicó hoy el Mercurio de Antofagasta, el mismo SLEP precisó a continuación que “todas las cuentas de servicios básicos han sido pagadas de forma responsable y oportuna. Las eventuales demoras en la actualización de los sistemas de las empresas proveedoras responden a procesos internos ajenos al SLEP, como la verificación manual de pagos por transferencia. Esto, en ningún caso, implica morosidad ni riesgo de corte de suministro”.
No obstante, el problema ocurrió y los establecimientos Escuela D-37 República de Bolivia y el Liceo A-25 Eleuterio Ramírez Molina, no tuvieron clases.
RELACIONES
La molestia de algunos sectores con el trabajo desarrollado por el SLEP abrió algunos frentes complejos respecto a la idoneidad de los personeros que allí se desempeñan. En agosto pasado, los funcionarios de la Asociación de Funcionarios del SLEP Licancabur (que hoy ya no existe) denunciaron mediante un oficio al director nacional de Educación, Rodrigo Egaña, respecto de 13 puntos críticos en el funcionamiento del Servicio.
La primera denuncia se refería a la “persecución laboral por parte del director ejecutivo, José Martínez Chiguay, y su equipo de confianza, quienes han amedrentado a los funcionarios”.
Otro punto acusado era la falta de transparencia en los concursos internos para cargos directivos. Los funcionarios denunciaron “favoritismo y asignaciones sin base formal, lo que contraviene los principios de probidad y transparencia exigidos en la administración pública. Estas prácticas generan desconfianza y afectan el ambiente laboral”.
Parte de las críticas se han centrado en cuatro ejecutivos.