En Minera El Abra, desde hace dos meses, se monitorea el avance de 26 medidas críticas para concretar el denominado “Plan de Invierno”, que busca preparar las distintas áreas de la compañía y las comunidades aledañas a la faena, para enfrentar de manera segura la época de intensas lluvias, que ocurren cada año entre diciembre y marzo en la zona norte del país.
Las medidas de mitigación son monitoreadas y ejecutadas por diversas gerencias de la compañía; abastecimiento, mina, procesos, salud y seguridad, ingeniería y servicios, beneficios, junto al personal que está desarrollando el proyecto Sulfolix II. Algunas de estas medidas incluyen la revisión de techumbres, diques de contención y canalización de lluvias, mantención de los pasos peatonales y caminos internos, junto con una revisión permanente de los detectores de rayos, entre otras acciones.
El trabajo de prevención no solo tiene relación con la protección de las instalaciones, sino principalmente con el resguardo de la seguridad para trabajadores y trabajadoras en esta contingencia. Se asegura, por ejemplo, que todos cuenten con ropa adecuada y tengan espacios seguros ante un nevazón. Además, contar con un plan de contingencia en caso de tener que trasladarse desde la mina, para que las personas estén resguardadas.
“Hoy nuestro trabajo tiene que ver con anticiparnos, hacer que cada gerencia sea parte de este plan de invierno de manera transversal y responsables para que opere correctamente. La etapa actual contempla la revisión física de las instalaciones de faena para que antes del 15 de diciembre quede 100% cumplido”, recalcó Rubén Funes, Presidente de Minera El Abra.
La inspección en terreno incluye los avances que se tienen en faena, pero también las medidas que se tomaron para resguardar la seguridad de la localidad de Conchi Viejo que se encuentra al interior de la faena minera. A comienzos de año, en este poblado, se realizaron trabajos de protección a través de la construcción de 930 m3 de gaviones de más de dos metros de altura. Estos fueron instalados en ubicaciones previamente estudiadas para disminuir el potencial impacto de las lluvias. Los gaviones consisten en un enmallado de piedra que se instaló a lo largo de las paredes laterales de la quebrada del pueblo, lo que permite proteger las viviendas.