En marzo el observatorio ALMA conmemoró su décimo aniversario y recibió a 4 mujeres enamoradas de las ciencias, que integran el programa de mentoría PROVOCA, un juego de palabras que alude a promover vocaciones femeninas en disciplinas científicas denominadas STEM, sigla en inglés relacionada con ciencia, tecnología, ingenierías y matemáticas.
Esta iniciativa de AUI/NRAO, socio norteamericano del observatorio ubicado en San Pedro de Atacama, nació en 2019 con la creación de una serie web con testimonios de niñas y mujeres de las ciencias, y desde 2021 desarrolla el programa de mentoría PROVOCA, que busca incentivar, guiar y acompañar a estudiantes de enseñanza media y superior, para retener el talento de mujeres en carreras hasta ahora dominadas por hombres.
Muchas de estas vocaciones surgen del amor por las estrellas y el universo, otras por un enorme volumen de datos e imágenes que surgen de la observación del cielo, alimentando el interés por las ciencias estelares. Este ese el testimonio de algunas de estas mujeres con ALMA STEM:
Grace Fox: SIN LÍMITES, CON UN MUNDO DE POSIBILIDADES
Estudiante del Colegio Municipal Las Condes y participante del programa PROVOCA 2022, 17 años.
Visitar las antenas de ALMA fue una experiencia increíble. Mucho más de lo que me imaginé y además con nieve. Fueron las condiciones más increíbles para subir. ¡Las antenas son inmensas! Fue alucinante y nunca pensé que tras un año de estar en el programa PROVOCA, tendría esa posibilidad.
Cuando postulé a este programa, honestamente pensé que no me iban a elegir. Pese a ello me dije: “nada pierdo con intentarlo, seguramente no quedo”.
Cuando entré a este programa ni siquiera me definía como una persona del área científica. Compartí este año con chicas de mi edad o similares, que tenían desde un inicio muy claro que querían convertirse en astrónomas a futuro, y hoy siento que la ciencia sí es una opción en mi vida.
Creo que los caminos no todos son iguales. Ningún proyecto es tan lineal, ni hay solo una vía correcta para alcanzar la meta. Creo que los temores están principalmente en uno mismo y no en el entorno. En una sesión del programa PROVOCA, una compañera me dijo: “deja que el otro te diga no, pero no seas tú quien te diga no”. Ahora no me planteo con límites, sino con un mundo de oportunidades y posibilidades.
Sin duda las familias y los educadores tienen una responsabilidad enorme en las vocaciones de las nuevas generaciones. Un buen profe puede influir en que te guste o no una asignatura, y en la medida que se alimente el interés y la emoción por aprender, es posible desarrollar habilidades y construir confianza… elementos esenciales para planificar el futuro.
Liza Videla: VALIDAR LAS EXPERIENCIAS DE OTRAS Y DERRIBAR OBSTÁCULOS
Astrónoma del observatorio ALMA y mentora PROVOCA.
Yo nací en Venezuela y me vine a Chile a los 11 años. Si bien el cambio de cultura fue bien importante, seguramente lo que más influyó en mí es que mis padres trabajaban en el Centro de Investigación Científica de Venezuela, entonces siempre estuve cerca de personas que trabajaban en el área y en diferentes cargos y roles. Recuerdo que la jefa de mi papá era una física. No tuve el deseo de estudiar astronomía desde temprana edad, sino ya a un par de años de egresar del colegio (en Chile). Más tarde, al entrar a ingeniería vi que había pocas mujeres, solo entonces me di cuenta que esto era “un tema”, la brecha de género en STEM. Recuerdo que en esos años empecé a conversar con algunas compañeras sobre cómo sería ser madre trabajando como astrónoma, o estudiar un doctorado y la necesidad de contar con el apoyo de una pareja para seguir avanzando en la carrera profesional. Creo que hoy ya hemos avanzado mucho y el hecho de que existan más mujeres en esta área, ha permitido que se discutan mejores condiciones laborales y se incentive el desarrollo de la trayectoria laboral. Sin duda era una realidad invisibilizada en mis tiempos universitarios, pero hoy pienso que hay menos barreras, aunque aún persisten algunas.
Hace 11 años que no venía al observatorio en San Pedro, dado que trabajo en el departamento de operaciones científicas en Santiago, y es emocionante visitarlo en su décimo aniversario.
Ha sido una linda experiencia trabajar en ALMA, compartir con personas de todo el mundo y de diferentes culturas. Es un lugar humanamente muy enriquecedor y en lo profesional se me permitió partir desde cero y aprender en el camino.
Estar en el programa PROVOCA es una gran oportunidad para que las nuevas generaciones comprendan que no hay que sentir miedo por saber nada o muy poco. Es una sensación natural, pero no debe ser un factor limitante para seguir adelante… muy por el contrario. Esta sensación inicial de ignorancia es muy común en mujeres en astronomía y otras carreras STEM. Ahí también hay una tarea para el entorno, para no humillarlos, sino al contrario transmitirles confianza y animarlos.
Es increíble cómo evidenciamos que en todas las carreras STEM, sin importar su naturaleza, todas las mujeres vivimos experiencias muy similares de discriminación y otras aún más atemorizantes. Es una realidad triste pero también una confirmación para que las que llevamos algo de ventaja, podamos hacer el camino más llevadero a las generaciones más jóvenes.
Otro aspecto importante que aprendí en el programa de mentoría es el ejercer una escucha activa. Validar las experiencias de otros y no minimizar los sentimientos asociados a esas experiencias. Hoy tengo una hija de 14 años y como madre tengo el deber de alentarla y fortalecer su confianza, ya que está interesada en seguir una carrera científica.
Andrea Araya: PROVOCA HA SIDO UNA EXPERIENCIA REVELADORA
Líder especialista en registro documental del observatorio ALMA y mentora PROVOCA
Yo llevo 11 años trabajando en el observatorio. Partí como especialista en documentación para un grupo donde fui la quinta contratada y luego ascendí a supervisora del equipo, incorporándome al grupo de operaciones. Es una experiencia muy bonita. En muchos casos ALMA te permite crecer. Por ejemplo, yo partí en ingeniería, luego pasé al área de computación y he trabajado en diversos proyectos consecutivos y simultáneos, dándome la posibilidad de seguir aprendiendo exponencialmente. Mi trabajo es muy versátil y eso es tremendamente atractivo y estimulante para alguien curioso y creativo como yo.
PROVOCA ha sido muy revelador para mí, ya que me ha traído sorpresas inesperadas. Al principio creí que era un programa dirigido solo a astrónomas y no para mujeres que nos dedicamos a las ciencia, tecnología, ingenierías y matemáticas. En mí ha tenido un impacto muy profundo que pasa por el aprendizaje que precisamente recibí de mi grupo de estudiantes, todas muy distintas a como era yo a su edad. ¡Una experiencia fantástica!
Es muy importante compartir nuestros testimonios y así inspirarlas a seguir adelante, para que juntas ganemos más terreno en espacios dominados por los hombres.
Las mujeres tenemos una visión del poder muy distinta a la de los hombres. En ella influyen aspectos generacionales, sociales, políticos, culturales; pero ahí hay un cambio profundo y revolucionario que podemos protagonizar. No queremos repetir la imposición de cánones, sino muy por el contrario, ampliar nuestro rol de forma colaborativa. Las luchas colectivas son siempre más poderosas.
Bárbara Sepúlveda: CHILE NECESITA MÁS REFERENTES STEM FEMENINOS EN REGIONES
Ingeniera en computación del observatorio ALMA y mentora PROVOCA
Hace 7 años trabajo en las dependencias de ALMA en San Pedro de Atacama, en sistema de turnos. Ha sido una muy buena experiencia. No he observado diferencias por el hecho de ser mujer, es más veo harto compañerismo. Si bien siempre he estado en el mismo cargo desde un comienzo, ALMA me ha permitido hacer proyectos para seguir innovando en mi área con plena libertad.
Ser mentora en PROVOCA me ha ayudado a crecer muchísimo. Me permitió reconocer situaciones y ponerles nombre, como es el caso del síndrome del impostor. El coaching también me ha permitido poner en práctica nuevas habilidades y así mejorar la eficiencia y el impacto de mi trabajo en terreno. Es increíble observar que todas las mentoras entramos al programa con la intención de entregarles algo a las chicas y la gran mayoría sentimos que nos llevamos mucho más de lo que aportamos. Es un maravilloso proceso de crecimiento y retribución recíproca.
Al inicio del programa, la gran mayoría de las estudiantes ni siquiera encendía la cámara del computador, pero poco a poco participaron de forma más activa y nos fuimos conectando, compartiendo experiencias que nos sucedían en la semana, a mentoras y estudiantes, y a partir de ellas conversábamos y entregábamos consejos.
Fuimos de a poco construyendo una complicidad.
Pienso que aún falta un trabajo con referentes STEM femeninos en regiones. También necesitamos que las profesoras asuman un rol de mentoras con sus alumnas y así despertar nuevas vocaciones. Para mí fue un programa muy transformacional y de hecho influyó en mi familia, ya que me ayudó para transmitirle mayor confianza a mi hermana menor, quien ingresó a estudiar bioquímica. Pienso que, con una apropiada guía, es posible aterrizar las expectativas de las generaciones más jóvenes y así tener una visión más realista del horizonte laboral y personal. Necesitamos sumar más niñas a las carreras profesionales y técnicas STEM.