En un punto de prensa realizado durante la jornada de hoy, los dirigentes de los sindicatos de Chuquicamata 1, 2 y 3, denunciaron ante la opinión pública, el supuesto maltrato, violencia, agresividad y desprecio que estarían recibiendo, de parte de los ejecutivos de la administración en contra de los trabajadores y trabajadoras de la división.
En varios puntos, los dirigentes explicaron el cómo la administración está ejerciendo esta presunta violencia en contra de los trabajadores, los cuales detallamos a continuación:
- El proceso de Transformación de Chuquicamata, hasta hoy, sólo ha implicado despidos y externalizaciones. Todos los cumplimientos de metas, rebaja de costos y los supuestos números azules, se sustentan en el castigo al Recurso Humano y no en una gestión de excelencia.
- La participación de los trabajadores (as), que publicita Codelco, es absolutamente falsa. Por el contrario, el estilo de administración iniciado el 2010, ha utilizado todos sus recursos para establecer el terrorismo laboral.
- La Corporación, ha instaurado su política del terror, sometiendo al miedo, persecución y angustia a los trabajadores y trabajadoras; política impulsada por sus más altos Ejecutivos: presidente ejecutivo Octavio Araneda, vicepresidente de recursos humanos Marcelo Álvarez, vicepresidente de operaciones norte Álvaro Aliaga, gerente general de la división Chuquicamata, Nicolás Rivera, gerente de recursos humanos Luis Galdames, director de relaciones laborales Alexei Escobar, gerente del hospital del cobre, Juan Duclos Cornejo, y quien hoy ejecuta la acción ilegal de ingresar a las fichas médicas de los trabajadores, sin su autorización, la doctora Teresa Sepúlveda. Estos ejecutivos, lejos de tener capacidad de liderar equipos de trabajo, se han enfocado en someter a nuestros representados, a través de la violación de los derechos humanos y fundamentales a una persecución descarnada, que sólo busca eliminar la fuerza laboral y, en consecuencia, debilitar a sus organizaciones sindicales.
- Es inconcebible, pero real, que ahora cuando vivimos una de las crisis sanitarias y económicas más graves a nivel mundial, una empresa estatal de la envergadura de Codelco, aproveche
aesta pandemia para deshacerse de la gente, tratando de inservibles a quienes hasta hace 6 meses atrás, cumplían a la perfección sus labores, intimidando y presionando con cupos que no existen en el plan de egreso, la salida anticipada de quienes aún no han agotado su aporte a la Empresa y al país.
- En menos de 2 años, han “Egresado” a más de 1200 trabajadores, agravando más aun la situación que ya mantiene aterrorizados a los trabajadores que se encuentran “bajo supuestas medidas de resguardo por covid-19”, los cuales, tienen un alto conocimiento experto, y es uno de los principales valores agregados de la División. Todos sabemos que la administración, sólo se ha aprovechado de este “supuesto resguardo” para eliminar puestos de trabajo, externalizar funciones, sin ningún sustento técnico, económico y productivo, para traspasarlo a empresas privadas.
- En más de una oportunidad le hemos señalado a estos administradores que nunca va a existir armonía en Chuquicamata, si la relación laboral está fundada en el terrorismo laboral. Podremos producir, pero siempre produciríamos más, si existe valoración por el otro, respeto de los acuerdos y a la verdad.
Afirmaron que “no toleraremos más vejaciones, presiones ni humillaciones, en contra de los trabajadores (as) para que se retiren de la empresa”.
“Es por esto, que el día de hoy hemos interpuesto en la Inspección Provincial del Trabajo dos denuncias contra esta Administración, la primera en relación a la vulneración continúa a los derechos fundamentales, al amenazar a los trabajadores con despedirlos sino se acogen a un plan de egreso y, la segunda, por la invasión a la privacidad que han sufrido los trabajadores que han sido despojados de sus artículos personales al interior de las áreas laborales”, indicaron.
Finalmente, apuntaron a que se declaran en estado de alerta permanente, pidiendo a los socios a respaldar toda acción tendiente a poner atajo al que explicaron como abuso.