Con la entrega de las primeras 19 secuencias completas al banco de datos internacional de
genomas de virus (GISAID), el Laboratorio de Genómica Microbiana (LGM) de la Facultad de
Ciencias de la Salud de la Universidad de Antofagasta inició su trabajo de vigilancia de variantes
del SARS-CoV-2 en el norte de Chile.
Las muestras fueron analizadas mediante Tecnología de Secuenciación por Nanoporo -la misma
que emplea el ISP en Santiago- arrojando como resultado cinco casos de variante Gamma, cuatro
de Delta, seis de Mu y cuatro correspondientes a otras variantes o linajes no identificados, según
cita el último informe de variantes del Minsal.
El trabajo se realiza gracias a la acreditación obtenida por el laboratorio de la UA, que en agosto se
convirtió en el primero entre Arica y Copiapó en certificarse ante el ISP para la realización de
vigilancia genómica en el norte, lo que significa que una parte de las muestras positivas a Covid-19
recolectadas en esta zona y que resulten de interés para el Ministerio de Salud, podrán ser
secuenciadas en la región.
El informe de variantes del Minsal aborda el periodo del 22 de diciembre al 20 de septiembre, y en
él se detalla la realización de 8.087 secuenciaciones en todo el país, de las cuales el 61,7%
correspondieron a “variantes de preocupación para la salud pública” (Alfa, Beta, Gamma y Delta) y
el 26,7% a “variantes de interés” (Eta, Iota, Kappa, Lambda y Mu).
En cuanto a la variante Delta, se establece que al 20 de septiembre se habían registrado 581
confirmaciones por secuenciación genómica a nivel nacional, pero además hay 1.494 casos
detectados como probables mediante detección de mutaciones por RT-PCR.
DIRECTORA
La directora del laboratorio de Genómica Microbiana de la UA, Dra. Alexandra Galetovic
Carabantes, dijo que la integración de este centro a la red de vigilancia genómica constituye un
reconocimiento al trabajo que se viene desarrollando hace más de un año para ampliar sus
capacidades y contribuir a la estrategia sanitaria nacional.
“En el LGM hemos asumido el trabajo de vigilancia genómica del SARS-CoV-2 como un gran
desafío y con el afán de aportar a la tarea que lleva adelante el ISP. La vigilancia genómica es muy
importante porque permite caracterizar las variantes que están circulando en la región y el país, y
eso es fundamental para apoyar la toma de decisiones en salud”, explicó.
Por su parte, Lilian Correa Acuña, jefa de la Unidad de Epidemiología de la Seremi de Salud, dijo
que la integración del laboratorio de la UA a la red nacional permitirá mejorar los tiempos de
respuesta y “sensibilizar” la estrategia en uso, que no es la misma en todos los casos.
“Para nosotros este es un hito muy relevante. Actualmente hay distintas intervenciones y manejos
para los pacientes que vayan teniendo estas variantes y sus contactos estrechos, entonces tener
esta vigilancia nos permite profundizar la investigación epidemiológica”, afirmó.
Luego de la certificación del ISP, el laboratorio de la UA debe firmar un convenio de colaboración
con el Ministerio de Salud, trámite que debiera oficializarse en las próximas semanas y que no
impidió iniciar la labor de secuenciación con las primeras muestras.
“Nosotros ya empezamos con esta tarea, hemos tenido detección de variantes y esperamos que
este trabajo colaborativo entre la universidad, el ministerio y los distintos actores se mantenga”,
señaló la epidemióloga de la Seremi de Salud.
La capacidad de procesamiento, secuenciación y análisis bioinformático del Laboratorio de la
Universidad de Antofagasta será de 48 muestras semanales.
Actualmente el equipo está integrado por los doctores Jorge Araya y Benito Gómez, la Mg. Camila
Salazar, dos estudiantes de postgrado del Magister en Ciencias Biomédicas y tres estudiantes de
pregrado de las carreras de Bioquímica y Tecnología Médica.
El laboratorio cuenta con una red de colaboración nacional integrada por las universidades
chilenas que participan en el Consorcio de Genomas CoV-2, y una red internacional de la cual son
parte la John Hopkins University, NIH y el CDC.
Además, en agosto quedó integrado en un convenio firmado entre el ISP y la Universidad de
Antofagasta para potenciar la vigilancia genómica, con foco inmediato en el SARS-CoV-2, pero
ampliable luego a otros patógenos.