Hoy se cumple un siglo desde la llamada “matanza de la oficina La Coruña”, hecho acaecido un 5 de junio de 1925 al interior de la región de Tarapacá, y que hasta ahora, fue una de las últimas grandes asedios al movimiento obrero de ese entonces.
Según la página de difusión pampina DonCaliche.com, este episodio aún es muy confuso respecto a la cantidad de fallecidos y el contexto en que se dio la revuelta, que causó muertes de civiles y militares.
Textos aleatorios y politizados en internet indican que hubo más de 2 mil obreros muertos, cifra imposible debido a que la población total de la oficina (contando familias, funcionarios y gerencia) no superaban las 2 mil personas. Además, no existe registro de dónde fueron sepultadas tan ingente número de víctimas.
Pero la masacre sucedió, y se dio en el contexto de las movilizaciones obreras de inicios del siglo XX, de las cuales las más reconocidas por la historiografía en el norte de Chile son Plaza Colón de Antofagasta (febrero de 1906), Santa María de Iquique (diciembre de 1907) y San Gregorio (febrero de 1921).
Pero ¿qué hay de veracidad respecto a la oficina La Coruña? Ubicada en el entonces cantón “Alto San Antonio” en la región de Tarapacá, aproximadamente a 20 km al sur de la comuna de Pozo Almonte, La Coruña fue una oficina salitrera que, como sus símiles, comenzó a ser afectada debido a la crisis económica que comenzó a vivir el país tras el término de la I Guerra Mundial.
ANTESALA
Según recogen datos del Archivo Nacional, en La Coruña hubo paralizaciones los días 7 y 12 de abril de 1925, no obstante, la directiva gremial llegó a extraños acuerdos con los administradores de la salitrera, lo cual se tradujo en prácticamente nulos beneficios para la totalidad de los obreros.
Es así que, en un ambiente de descontento generalizado, los trabajadores debieron volver a picar caliche. Pero la animadversión de los supuestos acuerdos aún pesaba y la situación se hizo insostenible.
Para junio de ese año, la Federación Obrera de Chile (Foch) convocó nuevas paralizaciones que no solo se generaron en La Coruña, sino también en otras oficinas del cantón como la oficina San Pablo. Para el 3 de junio se declara una huelga general en diversas oficinas de la región de Tarapacá convocadas por la Foch, y es en este contexto que los trabajadores se tomaron las dependencias de La Coruña.
MASACRE
Para entonces el país era presidido por Arturo Alessandri Palma, quien ante la situación declaró estado de sitio y designó como jefe de plaza al general Florentino de la Guarda, enviando refuerzos militares a los puertos de Iquique, Pisagua y Mejillones.
Hasta La Coruña subieron tropas de los regimientos Carampangue y Granaderos. Luego de una resistencia inicial de los obreros con dinamita, se procedió a disparar contra los ocupantes. Se armó una especie de camorra generalizada en las ripieras, resultando, según cifras oficiales, 59 obreros y 2 militares muertos.
No obstante, cifras de la Central Unitaria de Trabajadores y del Archivo Nacional (sin citar fuentes) hablan de dos mil fallecidos.
Al respecto, el investigador y escritor Rafael Mellafe Maturana explica que “no hay registros de dónde están esos 2 mil cuerpos y el gobierno de entonces informó de 59 fallecidos. La matanza de La Coruña es el resultado de un movimiento sindical manejado desde Santiago por la Foch”.
Además, Mellafe agrega que “ocurre que hoy (en la actualidad) vemos que la reacción fue demasiado agresiva para lo que fue el movimiento, pero para esos años las reacciones eran de esa manera. Por tanto, tenemos que llevarlo al contexto de 1925, el mundo estaba a punto de entrar en crisis y nosotros (en Chile) estábamos ya en una crisis política importante”.
Actualmente los vestigios de La Coruña son visitados ocasionalmente por grupos como la CUT para recordar a los obreros que cayeron en esa jornada. Pese a la importancia histórica del hecho, no se conservaron nombres de dirigentes, líderes o víctimas de aquella jornada acaecida hace ya un siglo.