No cabe duda de que el mundo atraviesa momentos difíciles. La incertidumbre global, alimentada por la creciente inestabilidad geopolítica y la guerra comercial recientemente desatada por Donald Trump, ha disparado nuevamente las alarmas en los mercados internacionales. Aunque el ministro de Hacienda, Mario Marcel, ha señalado que Chile mantendrá su competitividad a pesar de los aranceles del 10% impuestos por Estados Unidos a nuestros productos -con excepción del cobre y la madera- ha reconocido que la economía mundial atraviesa un verdadero estado de shock. Esta situación deja en suspenso la esperada recuperación económica que el secretario de Estado había anticipado para nuestro país en 2025.
Liderar en un contexto de incertidumbre sostenida en un nuevo escenario de alta complejidad, es el mayor reto que enfrentan hoy las organizaciones, ya que no sólo deberán hacerse cargo de las proyecciones económicas, sino también del clima emocional de sus equipos.
“Aún no sabemos cómo impactará en los números finales esta nueva realidad mundial, pero hay un escenario menos visible del que tenemos que ocuparnos y que veníamos arrastrando desde hace algunos años: la creciente inquietud de trabajadores que sienten cómo su mundo laboral se vuelve cada vez más inestable. Hoy, liderar va mucho más allá de la gestión de resultados: se trata de sostener equipos en medio de la incertidumbre, de comprender el impacto emocional de los cambios y de promover entornos adaptativos que respondan con agilidad a los nuevos tiempos. El liderazgo efectivo, en este nuevo escenario, requiere una mirada situacional, emocionalmente inteligente y profundamente humana.”, señala Alfredo Pérez, psicólogo organizacional y coach, director ejecutivo Método Consultores.
Estos cambios impactan a nuestro país en medio de distintas transformaciones como la puesta en marcha de Ley Karin, un cambio generacional profundo en el mundo del trabajo y el aumento de las problemáticas de salud mental y el mayor nivel de estrés de la región.
La Incertidumbre como Emoción Predominante
Según el reciente informe sobre Desarrollo Humano del PNUD, la incertidumbre ha tomado la delantera como la emoción predominante en los chilenos. También ha aumentado el miedo y la preocupación, y la esperanza -una emoción clave para el bienestar laboral-ha disminuido, cayendo del 17% al 10%. La confianza interpersonal ha tenido una caída histórica alcanzando apenas 15%. Estos bajos niveles son alarmantes y reflejan el impacto profundo que la incertidumbre está teniendo en las dinámicas laborales.
Riesgos psicosociales en alza
Los riesgos psicosociales son condiciones inherentes al trabajo que están relacionadas al tipo de organización, contenido del trabajo y ejecución de la tarea, así como también de las relaciones personales entre quienes trabajan en un lugar. Estos tienen la capacidad de afectar positiva o negativamente a las personas en el trabajo, se pueden medir en Chile desde 2013, a través del cuestionario de evaluación de ambiente laboral de salud mental CEAL-SM/SUSESO, que permite identificar los riesgos presentes y así, generar medidas de prevención.
Los últimos resultados arrojan cifras alarmantes: un 23,4% de los centros de trabajo en Chile se encuentra en estado de riesgo no óptimo, es decir, niveles medio y alto de riesgo psicosocial que se asocian con un mayor riesgo de mala salud mental. Las dimensiones más críticas son: Vulnerabilidad (89,4%): donde los trabajadores sienten temor a exigir derechos o hablar abiertamente en el entorno laboral, carga de trabajo (87,5%): Las personas sienten sobreexigencia sostenida en múltiples sectores y exigencias emocionales (80,7%): Los colaboradores sienten desgaste por exposición constante a demandas afectivas intensas.
En conjunto, un 75% de las organizaciones presenta condiciones no óptimas en salud mental. Además, un 35,7% de los trabajadores reportó haber vivido violencia o acoso en los últimos 12 meses.
“Hay que mirar bien estos datos, porque reflejan cómo llega la gente a trabajar con la sensación de vulnerabilidad y exigencia emocional altísima, con una percepción de carga de trabajo intensa. Es por ésta razón que hoy las organizaciones necesitan tener trabajadores con nuevas competencias, más adaptativas, con herramientas para poder manejar esta carga emocional, y manejar el estrés. Se requieren habilidades distintas, que en general no están siendo entrenadas. Las cifras también nos muestran que las mujeres presentan mayores riesgos psicosociales y peor salud mental, por lo que urgen políticas organizacionales con enfoque de género”, agrega el psicólogo organizacional Alfredo Pérez.
En éste contexto de Incertidumbre y menor Bienestar: ¿Qué Hacer?
Frente a este panorama, las organizaciones deben tomar medidas urgentes para mitigar los efectos de la incertidumbre y en la salud mental de sus colaboradores. Las estrategias incluyen promover la autogestión emocional, la flexibilidad y adaptabilidad, generar conversaciones propositivas, liderazgos que promuevan la cercanía, fomentar la creación de un ambiente laboral basado en la confianza, en la escucha de distintas perspectivas como parte del trabajo colaborativo. Además, tomar decisiones basados en una visión más amplia, identificando patrones para capturar en forma rápida nuevas oportunidades de innovación y de negocio. Finalmente, el bienestar no solo debe ser una preocupación individual, sino un desafío adaptativo colectivo que involucre a todos los niveles de la organización.
Frente a la incertidumbre y los constantes cambios, es crucial reconocer la realidad, poner el problema sobre la mesa y escuchar cómo nos afecta, según el sector, rubro y nivel organizacional. Estamos en un momento histórico de alta complejidad. “Hay que abrir espacios de conversación genuina, tanto entre líderes como en los equipos de trabajo. Para impulsar equipos competitivos debemos generar ambientes y dinámicas de trabajo que permitan identificar oportunidades en forma ágil, elaborar estrategias propositivas con apertura a la crítica y a distintos escenarios para hacerlas más robustas, en un marco de trabajo respetuoso por la diversidad de perspectivas. Se requiere transformar la ansiedad en oportunidades de crecimiento y adaptación. Resulta fundamental que las organizaciones no solo revisen sus estrategias, sino también la capacidad de sus líderes para acompañar procesos de gestión de la complejidad y cambio. De eso dependerá la sostenibilidad del desempeño organizacional”, finaliza Alfredo Pérez.