El ibuprofeno, disponible en diversas presentaciones como cremas, ungüentos, geles, comprimidos y jarabes, puede causar problemas en la piel, incluyendo dermatitis exfoliativa, eritema multiforme, síndrome de Stevens-Johnson y necrólisis epidérmica tóxica. También se ha identificado la posibilidad de desarrollar el síndrome DRESS, una reacción cutánea grave que puede aparecer entre 2 a 8 semanas después del uso del medicamento.
Además, el ibuprofeno en pastillas o jarabe puede causar el síndrome de Kounis, que se manifiesta con infarto u otro efecto cardiovascular seguido de una reacción alérgica seria. El ISP recomienda suspender inmediatamente su uso y consultar a un médico si se experimenta dolor torácico después de tomar ibuprofeno.
El informe también señala que las embarazadas no deben aplicarse formulaciones tópicas de ibuprofeno en ninguna etapa del embarazo. En caso de que sea estrictamente necesario su uso, podría usarse solamente entre el primer y segundo trimestre de embarazo, pero la dosis debe ser baja y la duración del tratamiento la menor posible. Desde los seis meses de embarazo en adelante, tampoco se debe tomar ibuprofeno vía oral, ya que puede inducir toxicidad cardiopulmonar y renal en el feto, así como hemorragia prolongada al final del embarazo y retraso en el parto.
El ISP aclara que tomar ibuprofeno es seguro en la mayoría de los casos y que raramente puede generar algunas reacciones dérmicas graves. Sin embargo, advierte que solo se puede consumir la dosis de 200 mg sin prescripción médica, mientras que las dosis de 400 mg y 600 mg deben adquirirse con receta. El organismo enfatiza la importancia de utilizar este medicamento con precaución y por un corto periodo de tiempo, especialmente en enfermedades autolimitadas.