Hace exactos 130 años se libraba en las costas de Valparaíso la batalla de Placilla, la última de la Guerra Civil de 1891 donde el bando cogresista (conformado por unos 11 mil hombres) barrió con los pocos soldados leales al presidente José Manuel Balmaceda. Esta fue una de las batallas más mortíferas registrada con más de 3.100 muertos (la batalla de Tacna, la más grande durante la guerra del Pacífico, registró 474 fallecidos por la parte chilena).
Recordemos que la guerra civil se desata luego que el mandatario comenzara a proyectar la monopolización del salitre por parte del Estado para invertirla en infraestructura pública, ganándose la animadversión de los empresarios que mantenían el control del “oro blanco” (en su mayoría, ingleses).
Para evitar los planes de Balmaceda, estos compraron el favor de muchos congresales, quienes literalmente le frustraban todos los proyectos al Ejecutivo, decantando todo en la división de las fuerzas Armadas, en donde el Ejército se quedó fiel a Balmaceda y la Armada se plegó al Congreso.
Concón y Placilla
En enero de 1891 se escinden las fuerzas armas y comienza la guerra en el norte (claro, lo primero era tomar el control de las ricas provincias salitreras). Luego de una serie de combates y escaramuzas, la cosa bajó hasta el valle central donde la suerte se echó en las dos batallas más importantes de ese aciago periodo, Concón (21 de agosto) y Placilla (28 de agosto).
Habiendo el ejército perdido en Concón, se jugaría el todo o nada en el sector Placilla de Peñuelas. Al respecto, la académica Ximena Prado Dagnino, magíster en historia de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso nos cuenta sobre este hecho.
“Hay que siempre mirar la batalla de Placilla junto con la batalla de Concón. Estas dos batallas, son decisivas para saber cuál de los dos bandos sería el vencedor, que sabemos que fue el bando congresista. Las dos son un conjunto, siendo la de Placilla más relevante, ya que fue la última y además la que tiene la mayor cantidad de muertos en la historia de Chile, hubo más de 5 mil muertes y eran casi 20 mil combatientes,11 mil de un lado y 9 mil del otro, es extraordinario en muchos niveles”, detalla.
Así mismo, la investigadora agrega que “lo interesante es que en general en la guerra civil y en esta en particular, combaten veteranos de la Guerra del Pacifico, además de gente conocida de la aristocracia del país. La batalla decidió mucho el rumbo de la política por lo menos unos 30 años”.
Consecuencias
Terminada la guerra civil, quienes apoyaron a Balmaceda fueron prácticamente proscritos de la vida pública (algunos, directamente asesinados). Este hecho dividió a la sociedad chilena durante gran parte del siglo XX, existiendo incluso resquemores respecto a los bandos previos al Golpe de Estado de 1973.
“La guerra civil hace una fracción en la clase política chilena, se marca un quiebre donde se separaron familias, hubieron grandes enemistades. Además, ya no se intervenía en las inversiones del salitre, (que fue una de las causas en el inicio de la guerra) dado al intervencionismo de Balmaceda en querer cobrar más impuestos a las salitreras, y querer nacionalizarlas, ahí también quedó congelado ese manejo de las capitales. (A Balmaceda) Siempre se le compara con Allende, se parecen mucho. Si o si, tienen en común el hecho de que el sueldo de Chile en esa época era el salitre, oro blanco y Allende con el otro sueldo de Chile, que es el cobre”, culmina la experta.