Fue sobre las tablas del Teatro Municipal de Antofagasta donde el escritor Pedro Lemebel, de cuya muerte se cumplirá una década el próximo 23 de enero, se presentó por última vez a una audiencia.
Y fue precisamente la noche del jueves 9 de octubre de 2014 donde expuso su obra “Cancioneros” que consistía en él leyendo una serie de relatos cortos, los cuales eran representados a la vez por una pareja de actores.
Para entonces Lemebel ya estaba delicado de salud por el cáncer. Esa noche, el escritor habló bajo y lo hizo apoyado de un laringófono. Vestido completamente de nego y sentado sobre un taburete, el artista hizo un repaso por su infancia, sus anécdotas amorosas y su relación de amistad con Gladys Marín.
Esta presentación también la replicaría en Iquique, pero tras presentarse en Antofagasta la salud del artista se agravó y este último show fue cancelado. En su paso por la ciudad Lemebel se quedó en el Hotel Marina, en donde realizó su última entrevista.
En el lugar estaba presente Pedro Zlatar, quien gestionó la presentación de Lemebel en su paso por la ciudad y con quien mantenía una sólida amistad desde que ambos se conocieran en 1996 en Santiago.
“Pedro cada vez que venía a la ciudad pasaba a saludarme. Hablaba mucho con mis sobrinas pequeñas, era un tipo muy divertido y respetuoso. También a través de él conocí a Gladys Marín. Para esa ocasión en que vino a Antofagasta en 2024 fue la última vez que le vi. Ya después de eso enfermó más y tuvo que regresar a Santiago, donde terminó falleciendo pocos meses después”, recuerda Zlatar.
Quien le entrevistó al día siguiente de su presentación fue el periodista Cristian Castro, quien compartió alrededor de una hora con Lemebel y parte de su staff en la habitación de hotel donde se alojaba.
“Lo iba a entrevistar después de su espectáculo, pero se me dijo que había quedado tan cansado al concluir la actividad que mejor fuera al día siguiente al hotel donde se estaba quedando. Así lo hice. Fui invitado a almorzar con su staff y luego me llevaron a su habitación. Ahí estaba Lemebel, acostado en una enorme cama usando medias negras, bufanda y un gorro de lana. Me senté cerca de la cabecera y comencé con la entrevista. Hablaba en monosílabos ya que por su enfermedad las palabras le costaban”, cuenta el periodista.
Cristian agrega que Lemebel recordó su vínculo con Antofagasta, evocando a una serie de amigos que tenía en esa ciudad, entre ellos Pedro Zlatar. También hizo preguntas sobré qué impresión le habían dejado sus libros.
“Antes de terminar me pidió una fotografía, la que nos tomamos en el balcón del hotel y aún conservo. Fue una entrevista de palabras escuetas, de ideas muy sucintas. Se notaba muy cansado”.
LEGADO
Pedro Lemebel tenía 62 años al momento de su muerte, acaecida la madrugada del 23 de enero de 2015 en Santiago. El escritor publicó una serie de obras, siendo una de las más aplaudidas “Tengo miedo, torero”, en 2001.
A fines de los 80 fundó el colectivo de Artes, Las Yeguas del Apocalipsis, y publicó La esquina es mi corazón, su primera recopilación de crónicas urbanas, a las que luego se sumaron Loco afán: Crónicas de sidario (1996), De perlas y cicatrices (1998), Zanjón de la Aguada (2003), Adiós mariquita linda (2004), Serenata Cafiola (2008), Háblame de amores (2012) y la antología Poco Hombre (2013).
En Chile fue nominado en seis oportunidades al Premio Altazor y en 2014 fue postulado al Premio Nacional de Literatura (sin obtener ninguno de estos). En los últimos años, sus presentaciones lo llevaron a diversas partes del mundo, ofreciendo performances literarias que conjugaban letra, música y audiovisual, en diferentes ferias de libros, charlas y conferencias. Fue en este contexto en donde visitó Antofagasta.
Al respecto el periodista y doctor en lingüística de la escuela de Periodismo de la Universidad Católica del Norte (UCN) Milko Cepeda Guerra expresó que tiendo a pensar que el gran legado de Lemebel en la literatura nacional reside en la crónica. Sin duda, es uno de los grandes cronistas chilenos y ocupa un lugar destacado junto a autores como Carlos León Alvarado, Rafael Maluenda, Hugo Silva, Santiago Mundt, Hugo Goldsack y Luis Sánchez Latorre (Filebo). Además, fue una voz relevante durante la dictadura al visibilizar la exclusión social y, sobre todo, las temáticas LGTB. Lemebel fue un cronista agudo que indagó en los aspectos más oscuros de la sociedad de su época con un estilo que combinaba lo popular con un barroquismo literario que no dejó indiferente a nadie a ambos lados de la cordillera”.
Así mismo, agregó que “como un escritor valiente, que supo encontrar una voz singular con la que hizo frente a la precariedad de su niñez, marcada por la miseria de su entorno familiar, y la exclusión producto de su orientación sexual en un Chile complejo como lo fueron las décadas del 70 en adelante”.
La tarde del viernes 10 de octubre de 2014, Lemebel se dirigió con su staff hasta el aeropuerto Andrés Sabella de Antofagasta y tomó un vuelo de regreso a Santiago. Desde esta ciudad partiría después a Iquique a repetir su presentación, pero como mencionamos, su enfermedad se agravó y ya no volvió a salir de la capital.
El 7 de enero de 2015 se le realizó un homenaje en el Teatro del Centro Cultural Gabriela Mistral, en el contexto del Festival Internacional Santiago a Mil. Esta fue la última vez que se le vio. Para ese entonces el homenajeado apenas se movía y ya no podía hablar.
Falleció a las dos de la madrugada del día 23 de ese mismo mes en la Fundación Arturo López Pérez de Providencia, lugar en el que se encontraba internado.