En una reciente publicación de la revista National Geographic, se dio a conocer los resultados hecho a un esqueleto del neolítico hallado en las costas del desierto de Atacama, específicamente a 1,30 kilómetros al sur de Tocopilla.
Los análisis, en los que trabajaron en conjunto profesionales de la Universidades de Concepción y de Southampton (Reino Unido) en las que se aplicaron modernas técnicas forenses, dio como resultado que los restos pertenecería a un hombre de entre 35 a 45 años, dedicado a la pesca y que falleció ahogado producto de un accidente.
Según la publicación, para llegar a esta conclusión se empleó el test diatomeas -algas que se generan en el mar y agua dulce-, utilizado para identificar a víctimas por asfixia. Según la publicación “Este se basa en lo que le sucede al cuerpo humano durante el evento: el agua inhalada rompe los pulmones y se bombea alrededor del cuerpo moribundo, incluso a lo largo de pequeños capilares que atraviesan los huesos y llegan al médula”. Pero ¿Cómo se puede aplicar dicho test a un esqueleto del neolítico?
Según la publicación del National Geographic “La tumba fue investigada por otro autor del estudio, el antropólogo de la Universidad de Concepción Pedro Andrade, quien identificó un esqueleto allí como probablemente el de un pescador, debido al desgaste en los huesos consistente con el remo frecuente y análisis isotópicos que revelaron una dieta casi exclusivamente de mariscos”.
Por lo anterior, se concluye que “Aunque el equipo de investigación ahora ha establecido que el pescador murió ahogado, los investigadores no encontraron tales signos en otros dos conjuntos de restos humanos encontrados cerca. Por lo tanto, piensan que es probable que el hombre muriera en un accidente de pesca, en lugar de en un antiguo tsunami”.