La exoficina de Chacabuco fue una salitrera cuyas ruinas subsisten hoy cerca de la comuna de Sierra Gorda, siendo una de las más grandes del entonces llamado “Cantón Central” que operaban en la región de Antofagasta.
Tras el cierre de sus instalaciones por la crisis económica del salitre en 1940, sus instalaciones fueron utilizadas por el Ejército de Chile para la instrucción y el entrenamiento militar. Fue en estas circunstancias que, tras el Golpe de Estado de septiembre 1973, la vieja oficina fue readaptada como campo para prisioneros políticos en noviembre de ese mismo año.
Las otroras viviendas que en el pasado fungieron como hogar para los obreros pampinos y sus familias, ahora fueron readaptadas como prisiones, teniendo cada una dos toscos camarotes de madera de tres pisos, y en los costados de cada pabellón fueron numerados con sombríos dígitos negros para identificar el sector.
PRISIONEROS
Los primeros detenidos que llegaron hasta el lugar fueron llevados a bordo de jeeps y buses militares, siendo ingresados el sábado 10 de noviembre de 1973, y paulatinamente el campamento se fue llenando hasta alcanzar la cifra de más de 1.200 de éstos.
A diferencia de otras prisiones militares a lo largo del país durante la dictadura, en Chacabuco no se registraron ejecuciones, no obstante sí hubo una brutal represión y tortura contra quienes se encontraban relegados en este lugar.
Sin embargo uno de éstos prisioneros decidió acabar con su vida la mañana del jueves 22 de noviembre de 1973, ahorcándose desde una viga de la techumbre de su prisión vivienda, la cual compartía con otros cuatro detenidos.
DIRIGENTE GREMIAL Y OBRERO AGRÍCOLA
Se trataba de Óscar Vega González de 67 años. Según consta la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación (conocida como Informe Rettig), Vega González era un obrero agrícola y antiguo dirigente sindical, quien al momento de su detención militaba en el Movimiento de Acción Popular Unitario (MAPU).
Según consta el informe (disponible en el registro del Museo de la Memoria), el dirigente fue detenido el 19 de septiembre de 1973 en Copiapó, y recluido en el regimiento Atacama y después trasladado hasta la cárcel de Copiapó, acusado de ser un activista político.
En estos largos días de detención, incomunicado de su familia entró en una profunda depresión, lo que le llevó a un primer intento de suicidio mientras se encontraba en dicha cárcel. En noviembre fue trasladado al norte, específicamente al campo de prisioneros de Chacabuco.
Según un testigo, su depresión aumentó pues en ese mismo lugar había trabajado y vivido con su mujer e hijos. El testigo recordó que le había enseñado su casa familiar de entonces, la que todavía estaba en pie.
El 22 de noviembre de 1973 fue encontrado colgado de una viga, en el interior de la vivienda que compartía con otros prisioneros en el Campamento. Según el informe Rettig “Considerando los antecedentes reunidos y las investigaciones realizadas por esta Corporación, el Consejo Superior llegó a la convicción de que Oscar González Vega tomó la determinación de quitarse la vida impelido por los maltratos físicos y psicológicos que sufrió durante el tiempo que estuvo privado de libertad por agentes del Estado”.