El pasado 3 de agosto, en una ceremonia encabezada por la ministra de Medio Ambiente Maisa Rojas junto a sus seremis de Antofagasta y Tarapacá, se anunció la publicación del Decreto Supremo que declaraba la desembocadura del río Loa como “Santuario de la Naturaleza.
Las autoridades de Gobierno apostadas en el mismo sitio (a 81 kilómetros al norte de Tocopilla) manifestaron que el decreto creará una nueva área protegida debido a la importancia del lugar ubicado entre las provincias de Tocopilla e Iquique.
“Este es un hito relevante para la región y también para el país. Recordemos que, como planeta, enfrentamos una crisis de biodiversidad muy compleja a la que debemos hacer frente con acciones concretas y urgentes, y con la creación de este santuario de la naturaleza estamos avanzando en esa línea”, manifestó en la instancia la jefa de la cartera.
Pero desde el año 2005 que la desembocadura figura como Bien Nacional Protegido por parte del Ministerio de Bienes Nacionales. Según información de este ministerio, se protegió la zona porque“su importancia medioambiental radica en que posee una alta diversidad de aves marinas y aves migratorias, además de la presencia de flora endémica como la Copiapoa tocopillana, la cual está en peligro de extinción. En relación a fauna, cumple con un rol de protección de la especie marsupial Llaca (Thylamis pallifor), considerado en la categoría de conservación de rara para la Región de Antofagasta (…). Otras especies son el Vampiro o el Mordedor (Desmodus rotundus) y la Yaca nortina (Thylamys elegans)”.
SANTUARIO DE LA NATURALEZA
En Ministerio de Medio Ambiente califica como Santuario de la Naturaleza a “todos aquellos sitios terrestres o marinos que ofrezcan posibilidades especiales para estudios e investigaciones geológicas, paleontológicas, zoológicas, botánicas o de ecología, o que posean formaciones naturales, cuya conservación sea de interés para la ciencia o para el Estado”.
En efecto, esta misma categoría también busca aplicarse para el sector de Ojo de Opache, en la provincia de El Loa. Las gestiones para que este humedal también cuente con la mencionada declaratoria se viene realizando desde el 2021.
No obstante, una serie de tragedias han afectado la zona, el último, en julio de este año, cuando un incendio de proporciones generó que una masa de cenizas sepultaran la poza donde se encontraban las ranias de El Loa, anfibio en grave riesgo de extinción.
Sobre este punto, el seremi de Medio Ambiente de Antofagasta (MMA), Gustavo Riveros aseguró que “se conformó una mesa de trabajo, donde se participa desde esta SEREMI, la SEREMI de Agricultura, el Centro de Biodiversidad de Calama, SAG, CONAF, entre otros actores relevantes, con el apoyo de especialistas para monitorear el lugar ante el eventual rescate de las ranitas y acciones de recuperación de su hábitat o buscar otras alternativas”.
Así mismo, Riveros explicó cuáles son las medidas concretas que el MMA tomará con aquellos lugares declarados como Santuario de la Naturalez (SA).
“Implicará una protección efectiva del ecosistema, estableciendo una gobernanza y gestiones para su conservación. En lo inmediato sigue que el MMA elabore el respectivo Plan de Manejo del SN que comprende los aspectos antes mencionados y las acciones concretas para lograr el cometido”, aseguró Riveros.
Con respecto a las gestiones para Ojo de Opache, el seremi explicó que “hay un tramo que se busca proteger bajo la figura de humedal urbano, a solicitud de la Municipalidad de Calama. Este comprende desde la junta del Río Salado con el Loa y la de éste último con el San Salvador. Este proceso se encuentra en tramitación en el MMA, quienes han seguido recopilando los antecedentes necesarios para una delimitación del área más precisa conforme los criterios establecidos para ello, pues se trata de 110 km de extensión, abarcando aproximadamente 980 ha de superficie solicitada para reconocimiento”.
AMENAZAS
Estas medidas intentarán revertir las múltiples afectaciones y amenazas que afectan estos lugares. En el caso de la desembocadura del Loa, la académica e investigadora de la Facultad de Ciencias Básicas de la Universidad de Antofagasta, Dra. Isabel Pizarro Veas, contó qué factores perjudican este entorno.
“Desde el punto de vista ambiental, el río Loa ha sido afectado por episodios de contaminación que han alterado la variada flora y fauna, la calidad de sus aguas, poniendo en riesgo la sustentabilidad ambiental de este ecosistema y afectando las diversas actividades que se desarrollan en su cuenca. En un estudio realizado el 2023 se encontró en la desembocadura del Loa en el matriz sedimento en la fracción granulométrica 250µm concentraciones de Arsénico de 600 mg /Kg, cobre 800 mg /Kg, Hierro 500 mg /Kg, Zn 850 mg /Kg y Niquel 250 mg /Kg. Presentando una alta movilidad para Cobre, arsénico y hierro. Las concentraciones, indican que el fenómeno correspondería a una contaminación de origen antropogénico, la cual es potenciada por un fenómeno natural como lo es la crecida del río originada por las lluvias estivales del invierno altiplánico”, dijo la experta.
Por lo anterior, agregó que la importancia del río “radica en que posee una alta diversidad de aves marinas y aves migratorias, además de la presencia de flora endémica, algunas en peligro de extinción. La desembocadura del río Loa forma parte de la red de humedales costeros existentes en el norte de Chile, los cuales son de gran importancia por su ubicación, considerando que se encuentra en un sistema ecológico de alta aridez, sin embargo, es preocupante ya que el lugar está enriquecido por metales pesados”.