Todo sigue siendo alegría en Calama luego del ascenso de Cobreloa a la serie de honor del fútbol chileno. Es así que, hasta el hogar de dos personas, quienes están del grupo de las más longevas registradas en la institución (y que aún se mantienen con vida), llegó el trofeo del campeón.
Margarita Veas, hincha de 73 años, expresó su emoción diciendo que “desde que se creó Cobreloa, soy cobreloína de corazón, incluso yo fui a todas las Copa Libertadores fuera del país. Por eso yo le digo a la gente que no somos grandes, somos gigantes. Somos un equipo que da fuerza a toda la gente del norte, y por eso los llamo a hacerse socios porque no cuesta nada pensar en Cobreloa antes de comprarme una tontera, para que así traigamos buenos jugadores. Si hay que aportar, todos tenemos que meternos la mano al bolsillo”.
Sobre la llegada de la copa, la mujer dijo que “casi me da un infarto, nunca me imaginé que la copa del campeón la iba a tener en mi casa e iba a estar junto a mi marido”.
Por su parte, Haydeé Manzano, fanática de 83 años, comentó que su nieto ha sido su mayor incentivo para ser una aficionada más, “él me entusiasmó, él es el de las poleras, del abono, que me cuenta de los partidos, es mi brazo derecho en ese sentido”.
Ella, rememoró también el momento donde los corazones naranjas se paralizaron por un momento para estallar de felicidad, “estaba sola, me había ido al baño y cuando volví ya habían hecho el gol del triunfo, así que gritaba sola en la pieza y de ahí bajó mi yerna, y nos abrazamos llorando”.
Finalmente, hizo un llamado a todos para que se hagan socio, “no hay que estar cuando les conviene, uno tiene que estar donde las papas queman, sufrir, tener ese dolor, porque se sufrió mucho este año pero, vamos a seguir ganándole al colo, la U, y al que venga”.