Conocer la composición y principales características físicas, nutricionales y de salinidad de los suelos infestados por la maleza Mostaza Negra, es el propósito de un estudio que realiza el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) con fondos del Gobierno Regional de Antofagasta y que toma como referencia terrenos ubicados en Calama, Chiu Chiu, Lasana y San Pedro de Atacama.
Este estudio busca conocer cómo están conformados los suelos y cuál es la composición precisa de las tierras cultivables de El Loa. De esta forma se contará con información valiosa que permitirá tratar las tierras para dar mejor sustento a los cultivos y así combatir la Mostaza Negra.
“Ponemos a disposición de los productores todo el conocimiento y experiencia que tenemos en distintas áreas agrícolas y una de ellas es el estudio de suelo. Por esta razón, Jorge Carrasco, agrónomo experto en manejo de suelo y agua del centro INIA Rayentué, estuvo una semana tomando muestras y conociendo los terrenos. Ahora, haremos todos los estudios de laboratorio, para luego entregar un informe técnico, detallado, que nos arrojará información valiosa para la agricultura local” dijo Bárbara Vega, directora del Programa de Extensión, con Enfoque Territorial, para el Manejo y Control de la Mostaza Negra.
Jorge Carrasco, agrónomo experto en manejo de suelo y agua de INIA, adelantó que según su experiencia y sin conocer todavía los resultados de laboratorio, los terrenos agrícolas de El Loa son físicamente de buena calidad, pero tienen un problema que marca la diferencia: su salinidad.
“Se ha hecho bastante trabajo en torno al tema químico, fundamentalmente lo que dice relación con la salinidad. Pero en este caso vengo a hacer una evaluación de las propiedades físicas de los suelos, porque también están de alguna forma relacionadas con el movimiento del agua y sobre todo con el movimiento de las sales” explicó el experto.
Por otra parte, el profesional valoró que se realicen este tipo de estudios de suelo, porque en la región, la información que existe, está enfocada en su mayoría en la minería, pero no en la agricultura. “Sería interesante ampliar un trabajo, a lo mejor tomar unos 64 predios, algo similar a la experiencia que se está desarrollando la zona central, para tener una información mucho más detallada de los problemas que existen en estos suelos agrícolas”, concluyó.
Para la encargada de la oficina técnica Calama de INIA, este es un gran paso porque con los datos de este estudio se podrá afinar la estrategia que permita mejorar las tierras para un mejor establecimiento de los cultivos y en consecuencia ganarle a la Mostaza Negra.
“Con esta información los agricultores pueden tomar una decisión más detallada de cómo manejar su cultivo hablando principalmente de la fertilización, porque estos son suelos bajos en materia orgánica, son suelos degradados y salinos. Por lo tanto, el manejo que se debe hacer es más específico. Con esta información podremos recomendar aplicaciones de enmiendas para mejorarlos”, detalló la agrónoma.
Agricultores
Durante su recorrido por distintos sectores de la provincia El Loa, Jorge Carrasco aprovechó de dar charlas sobre la temática de suelos. Tuvo posibilidad de conversar con los productores, darles una primera visión de lo que pudo ver y atendió las principales dudas de ellos.
“Lo que más me llamó la atención es que nosotros tenemos un conocimiento básico de lo que es el cultivo de acuerdo a lo que hemos ido observando como agricultores, pero con estos cursos nos ayudan a resolver dudas y como que nos suman a nuestro conocimiento. Por ejemplo, yo conozco el suelo que tengo y sé cómo debo integrar el abono, pero con esto me doy cuenta de que tengo que incorporar sustitutos adicionales como la úrea, el superfosfato, que yo no lo hacía. Entonces, ahora pienso que a lo mejor mis cultivos no dan su óptima productividad porque le faltan nutrientes” comentó Miguel Ángel Gahona, agricultor del sector Chunchuri.
Con acciones como este estudio de suelo y las charlas de expertos a la agricultura local, el programa busca contribuir con un legado científico al desarrollo y a la recuperación de los suelos hortícolas y forrajeros de El Loa.