Es feliz desempeñándose como dirigente y recuerda sus inicios en esta disciplina jugando a los 18 años y cultivando triunfos y estrellas que muestra con orgullo, hoy sólo tiene un sueño pendiente, lograr una cancha de fútbol para mujeres. Se trata de Deysa Orellana Carrizo, presidenta de la Asociación de Fútbol Femenino de Calama.
Periodistas de la zona levantarán 6 historias de mujeres destacadas en diferentes ámbitos de nuestra sociedad, para conocer cómo cada rubro puede mejorar desde el trabajo y esfuerzo de valiosas mujeres, cuyos ejemplos deben ser difundidos para lograr virtuosas réplicas; reportajes que son posibles gracias al financiamiento del Fondo de Fomento de Medios de Comunicación Social del Gobierno de Chile y del Consejo Regional.
Deysa Orellana, recuerda que este fue un interés heredado de su padre y se remonta a la infancia. “Para mí es un orgullo porque mi papá fue dirigente. Entonces yo creo que llevé el camino de él. Él me inculcó que el deporte es lindo. Me metió en algunos equipos para jugar. Jugué muchos años por la selección, fui capitana, logré muchas cosas, con eso viajé por todo Chile, conocí harto”, rememora.
Cada uno de esos recuerdos, le permiten visualizar en carne propia los cambios que ha tenido esta disciplina. “No jugamos nunca en pasto porque en ese tiempo no había, era pura tierra. Nos transportábamos de un lugar a otro. Por ejemplo, aquí en la cancha de tierra, que hoy día es un polideportivo. En la Huaytiquina, atrás del Sodimac, en todos esos lugares”, asegura, indicando además lo profundo que calaba esa realidad en un incierto futuro. “En ese tiempo uno no se proyectaba, porque no existía mucho el fútbol femenino. Si hoy día hubiese estado en esa edad, yo creo que habría estado fácilmente en la selección, porque para mí y para algunas de mis compañeras, llegó muy tarde”.
Su mejor momento deportivo
En su vasta trayectoria, tuvo la oportunidad de pasar por diferentes clubes, aunque hay uno que recuerda con particular cariño. “Yo creo que fue con la Suprema. Ese fue mi primer equipo, donde yo más me di a conocer. Tuve muchos campeonatos. Era el equipo top en esos años. Ganábamos todo lo que se nos presentaba. Fui goleadora, fui mejor jugadora, jugadora más correcta, en campeonatos me llevaba todos los premios. Y después ingresé a Cobreloa y ahí lo tuve todo, fui campeona de Chile, igual con mis galardones”, sostiene con nostalgia, recordando también las dificultades a las que se enfrentaban.
La pasión con que se dedica a este deporte, queda en evidencia cada vez que habla de los innumerables logros que ha podido conseguir durante su trayectoria. “Creo que es un título que no creo que nadie lo tiene, que fuimos tricampeonas de Chile. Ese es un orgullo para la asociación, para Calama y para mí y mi familia. En especial para mis viejos que yo sé que siempre me acompañan”, cuenta.
Pese a que reconoce que las cosas han cambiado, y que poco a poco se ha ido abriendo paso a mujeres deportistas, Deysa asume que sigue siendo difícil. “Por eso cuando nosotros hace años atrás, jugamos con la selección de Chile unos partidos amistosos, hablaba con la señora Marta Tejedora y le decía que nosotros aquí en Calama, en la segunda región, teníamos muchas jugadoras que podrían fácilmente estar en una selección. Y hoy día digo lo mismo. Hay muchas jugadoras aquí en Calama que vienen de chicas, son otras generaciones las que están ahora, que pueden estar fácilmente en una selección”, cuenta consciente de que todo aquello que no fue posible para ella, sí puede serlo para las jóvenes que entrenan hoy. “Nosotros tenemos muchos años como asociación. Si no me equivoco debe ser una de las más antiguas de Chile. Acá en Calama esta asociación lleva muchos años. Se han formado jugadoras. Cobreloa en este rato está jugando ya en el futbol profesional, con la gran mayoría de jugadoras de mi asociación, y así sucesivamente todas las asociaciones que se han ido formado, es con jugadoras nuestras”, relata.
Los frutos de ese trabajo que ha impulsado como lideresa, se ven reflejados en la participación actual de más de ocho equipos, que cuentan con sus respectivas indumentarias y todo lo que requiere un campeonato. “He implementado la asociación. Llegué cuando no tenía nada y hoy con orgullo puedo decir que todos los clubes tienen equipamiento”, asegura, aunque es clara al expresar que aún quedan sueños por cumplir.
Una cancha de fútbol para mujeres, un sueño pendiente
En relación con estos anhelos, uno de los más profundos es contar con un campo deportivo, de uso exclusivo para mujeres futbolistas en Calama. Se trata de una petición que ha planteado a diferentes autoridades por más de 40 años, y que ahora podría concretarse al fin, si todo sale como espera. “Bueno, ya tuve las reuniones que se requieren con la Seremi de Bienes Nacionales, en las cuales la señora Angelique me dio una muy buena oportunidad de poder postular a un terreno. Y ese terreno ya está, aquí en la Manuel Rodríguez. Tenemos la casa armada, nos falta el puro terreno. Tenemos pasto, los arcos, el cierre perimetral, todo. Queremos que nos den el terreno y nosotros buscar que lo compacten lo midan y todo, y poder trasladar ese pasto al terreno y armarlo con lo que tenemos, y después hacer las postulaciones para poder tener camarines, galerías y todo lo que se requiere a su alrededor”, explica la dirigenta.
Respecto a las diferencias o posibles discriminaciones que se sienten en el rubro, es optimista al asumir que, de concretarse este sueño, se daría una gran señal. “Mi aspiración, como le decía anteriormente, es tener un par de jugadoras en la selección. Seguir con mi asociación, tener más equipos, y si logro ese objetivo de tener mi cancha, ver la cancha funcionando con todo lo que son las mujeres, empezando por los colegios que no tienen donde jugar. Y tener la cancha todos los días ocupada por mujeres, campeonatos, que podamos traer nacionales, ese sería mi objetivo, que sea para todos, no solamente para mi asociación, por estoy luchando para lograr ese objetivo para todas las mujeres que juegan futbol en Calama”, finaliza.